martes, 25 de marzo de 2014

La muerte de un burócrata: una comedia excepcional, la burocracia y el marabú


Días antes de suscribir este texto, quien escribe casi reencarna en Juanchín, el atribulado personaje central de La muerte de un burócrata (Tomás Gutiérrez Alea, 1966), al tramitar la, a la larga nunca conseguida, certificación de nacimiento de una persona fallecida durante los inicios del siglo XX. Poco le faltó para estrangular tras otro panteón, de documentos esta vez, a uno de los agentes peloteantes del Registro Civil. Sucede a escala micro y a niveles macro. A inicios de 2010, el diario Granma publicaba -en portada- extenso titular donde se aseguraba que la burocracia impedía un mejor desenvolvimiento de la venta de carne de cerdo en La Habana. Otras líneas de similar cariz, kafkianas, surrealistas, tragicómicas, pletóricas de humor negro, como los avatares de la sufrida figura protagónica del filme, pueden apreciarse un día sí y otro también en la prensa cotidiana. Las odiseas particulares de seres anónimos -pero conformantes en masa del corpus social- en institutos de la Vivienda, consultorías y otras dependencias estatales evocan el calvario de aquel sobrino interpretado por Salvador Wood, quien solo quería enterrar a su tío Paco, pero ello le costó la cordura en el camino. De modo que, 48 años después, la película (especialmente recordada a propósito del aniversario 55 del ICAIC) sigue ahí, viva su alerta, vigente su análisis, diáfana e imperdible su auscultación al fenómeno que, pese a no ser exclusivamente endógeno, sí prendió fuerza tal en estas tierras de América que al día de hoy aun no se le encuentra pasaporte de destierro.

lunes, 24 de marzo de 2014

Una familia peligrosa (Malavita): a los leones


Robert De Niro constituía, hasta hace menos de un cuarto de siglo, uno de los santos patrones del altar interpretativo en el universo audiovisual anglosajón. Eran entonces sus tiempos gloriosos con Martín Scorsese y la salida al ruedo de una serie de caracterizaciones tan inmarchitables como las películas que arropaban a aquellos personajes fabulosos. Justamente, uno de esas magnas tipologías fílmicas resultó la compuesta por el actor, a las órdenes del referido realizador, en Uno de los nuestros, excepcional exponente del cine gangsteril aparecido en 1990.

viernes, 21 de marzo de 2014

Barrio Cuba, desgarradora pieza de Solás, de reestreno por aniversario del ICAIC


Ver otra vez la, a propósito del aniversario del ICAIC, reestrenada Barrio Cuba  resulta una aplastante (y a la vez fecunda y necesaria) experiencia vital. Es una película hecha desde el dolor para comprenderse en el dolor, que te crispa, te revuelve el estómago, masacra tu día y hasta puede crear un posible complejo de culpa a quien no haya escalado su Gólgota individual, a quien no arrastre o arrostre su cuita compañera. Pero, alquimias del cine, al suministrar un ineludible componente purificador añadido, te limpia la mente y desbroza las sendas, te aparta -al menos de momento-, de la sordidez aledaña y personal. Y asegura a su destinatario, a diferencia de otros filmes nuestros en frecuencias tonales colindantes con lo elegíaco o el réquiem, que siempre (o casi para ser exactos) hay una salida, una claraboya de aire y luz en medio de la habitación más oscuramente desoxigenada.

miércoles, 19 de marzo de 2014

Rush: dos rivales, una sola pista


Cineasta hábil ajustado, siempre, al cimbreo del estado mayor del cine comercial norteamericano, Ron Howard es un director que ha sabido moverse, no sin diligencia y oficio narrativo -si bien nunca signó hasta hoy una obra redonda, capaz de catapultarse a la posteridad- en diferentes géneros, desde las fechas primigenias de Cocoon, Willow y Llamaradas hasta las cercanas de Frost contra Nixon, la cual es, a juicio común de la crítica sajona, su máximo opus; no obstante preferir el signante su bastante cuestionada Cinderella Man.

domingo, 16 de marzo de 2014

August: Osage County, la maldita familia


Película suerte de cruzas de resuellos del Broadway más “tennessewilliano/neilliano”, con los olores del cine de Noah Baumbach y el universo Sundance -con su signo inconfundible de relato sustentado en la usual (pero aun no agotada) receta de incidente familiar que provoca acercamiento de miembros alejados, a quienes el reencuentro les provocará una marea de implosiones y resacas de fuertes explosiones emocionales-, la estrenada en Cuba August: Osage County (John Wells, 2013) monta en ese tren cuyas calderas usan parte del carbón primigenio de John Casavettes y lo tripulan desde hace rato los Wes Anderson, Spike Jonze, David Gordon Green, Jason Reitman, Alexander Payne u otros no menos atendibles, en su auto de fe colectivo contra las miserias morales y sofismas-patrones de vida de parte de la clase media alta/ estándar/baja estadounidense.

martes, 4 de marzo de 2014

El (verdadero) Caracazo, registrado por Chalbaud


El Caracazo, filme de Román Chalbaud exhibido en la Cinemateca de Cuba, es un impresionante documento político sobre los hechos que sacudieron a Venezuela el 27 de febrero de 1989, los cuales pasaron a la historia bajo esa denominación. Como nos recuerda la investigadora Eva Golinger en su libro El Código Chávez, un año antes de estos acontecimientos, Carlos Andrés Pérez había sido elegido sobre la base de una plataforma que prometía al país la recuperación económica y medidas de corte nacionalista, como las implementadas por este presidente durante su primer mandato, durante el cual se nacionalizó la industria petrolera y se creó la compañía estatal Petróleos de Venezuela, S.A. (PVDSA). Sin embargo, agrega la escritora, poco después de asumir la presidencia en 1989, Pérez dio marcha atrás a las promesas de su campaña a instituyó un paquete económico neoliberal destinado a incrementar los precios de la gasolina en un ciento por ciento durante el primer semestre de ese año, lo que afectaba además a otros eslabones sociales y económicos de la nación. De manera abrupta, los precios del transporte aumentaron y los ciudadanos, encolerizados, reaccionaron airadamente. El resultado fue “el Caracazo”, el peor incidente de violencia en la historia venezolana contemporánea, con un saldo de miles de muertos.

domingo, 2 de marzo de 2014

Gravity:Salvar a la cosmonauta Ryan


En la ahíta de reconocimientos Gravedad (Gravity, 2013) Sandra Bullock y George Clooney son dos científicos, de un pequeño grupo de tres, quienes además de realizar tareas de investigación en una de las estaciones orbitales norteamericanas en el espacio, deben emprender quehaceres de mantenimiento en el telescopio espacial Hubble. Durante cierta de esas caminatas cósmicas, todo el sistema técnico de su nave Explorer sufre desperfectos mayores, como consecuencia de la tormenta de residuos ocasionada por la explosión de un satélite ruso atacado por misiles. Miss Simpatía (nunca soñé verla de cosmonauta) es expulsada a la nada sideral, pero el viejo Clooney, sin dejar de hacer bromas ni un nanosegundo aunque sepa que la muerte será el precio seguro de su altruista acción, la rescata de sucumbir en las tinieblas de la eternidad galáctica. Él, a lo Tim Robbins en Misión a Marte (Brian de Palma, 2002) se inmola, para que el otro pueda conseguir el objetivo cimero.
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