Durante
los años más recientes, al calor de la energía liberadora de las redes sociales
y la irrupción de determinadas entrevistas o declaraciones de principales
figuras, que dieran lugar a una reacción en cadena tendente a la denuncia de
acciones de la peor laya (incluidas violaciones físicas y emocionales, acoso
sexual, chantaje), se ha puesto sobre el tapete un baldón eterno de Hollywood,
desde que chapeaban los potreros para los primeros estudios: la manipulación,
el abuso y el uso a conveniencia de las actrices.