Típico de un universo comunicacional más enfocado en las hojarascas colaterales que en el tema de fondo, la más reciente edición de los Premios Oscar pasará a la historia por el bofetón de Will Smith a Chris Rock y no por cuanto debería pasar: por la muy lamentable miopía de los académicos a la hora de premiar la categoría principal de Mejor Película, regalada a la intrascendente CODA.