El conocido axioma de que todo género tiene su público puede parafrasearse con la idea de que también hay públicos a los cuales les interesan todos los géneros. Es mi caso. Arropado, desde temprana infancia, en las mantas del fanta-terror, primero por conducto de la estadounidense Universal y luego por la británica Hammer, amo estos campos temáticos, lo mismo que la ciencia-ficción u otros terrenos con cotización preferencial a la baja hoy día.