Cuando se dedicaba a criar aves de corral, fabricar fuegos artificiales
o limpiar almacenes, quizá todavía el alemán Lyman Frank Baun ni imaginaba que
en su posterior faceta de escritor iba a ser el firmante de una de las piezas
literarias infantiles más leídas de la historia: El maravilloso mago de Oz,
publicada en 1900, de la cual realizaría doce secuelas en menos de dos décadas
y que también trasladase al universo teatral con éxito.