miércoles, 11 de septiembre de 2013

Oblivion, el viejo Tom extasiado entre planetas


La sobrevalorada Tron Legacy, de 2010, le abrió el camino al novato Joseph Kosinsky para filmar otro filme de ciencia ficción y consabido alto coste económico: Oblivion, superproducción de 2013 protagonizada por un astro de la batería pesada del cine comercial como Tom Cruise. Apuntar aquí mismo que el actor es el mecenas, productor y artífice principal del filme. Kosinsky está meramente para conseguir la extraordinaria visualidad del filme, terreno en el cual este realizador es uno de los modelos actuales de la pantalla norteamericana, valga consignarlo. Si bien, eso influye en un largometraje pero no le confiere calidad, per se, como todos sabemos.
Pero el caso es que Tom Cruise no debió filmar nunca Oblivion, sobre todo por haber intervenido antes en dos películas punteras del género de la ciencia ficción como La guerra de los mundos y Minority Report. Sobre esta última aun no se ha escrito bastante de su carácter premonitorio, de su voluntad de adelantada para su época. Llegar nuevamente al nicho de ambos filmes demanda un talento que Cruise, sin Steven Spielberg y un buen guion al lado ahora, no puede por sí solo poseer en un arte tan colectivo como el cine.

Melaza, el mundo perdido


El advenimiento del período especial conllevó a la baja del 700 por ciento en la producción de azúcar del país, aparejada la ostensible restricción al doble mal de una caída de los precios del dulce en el mercado mundial. Era imposible mantener, al menos con el mismo patrón imperante por décadas, a dicha industria, considerada uno de los pilares económicos del modelo cubano; además de representar elemento cultural y cosmosivo de ineluctable vínculo con el ser nacional o la cubanidad.