sábado, 16 de mayo de 2015

Los “casos” cerrados de la “doctora” Polo



Pese a los altos niveles educativos del pueblo cubano y tratarse de un producto pensado de manera expresa para un tipo de consumidor de techo cultural muy bajo, Caso Cerrado figura entre los espacios de la televisión latina de los Estados Unidos más vistos en parte de los hogares de la Isla, junto a diversos shows, realities y programas de variedades, entre los cuales también sobresalen por sus niveles de audiencia aquí Nuestra Belleza Latina, La Voz Kids o Sábado Gigante, reseñados cada uno puntualmente en esta blog con anterioridad.

Como anunciamos unos post atrás, le toca el turno ahora al referido talk show de tribunales transmitido a partir de 2005 desde Miami por la cadena Telemundo y conducido por la cubano-americana Ana María Polo, al parecer graduada de Derecho en la Universidad de Miami: carrera sin embargo hacia la cual parece albergar odio cerval, al rebajarla a tal punto en su espacio televisivo. Bajo presunto manto de ayuda o servicio social, CC representa escarnio sin causa al oficio legal -convertido aquí en absurda caricatura-; pero, sobre todo, la más vergonzante lanza en medio del esternón a la dignidad de los seres humanos.
El programa es repelente desde su mismo opening (introducción) cantado mediante lancinante modo “reguetonero-pejerón-lésbico-soy la de más gónadas aquí” por esta propia señora, dispuesta a burlarse a mandíbula batiente de sus huéspedes, a los cuales la dañina Telemundo paga unos centavos para montar el retablo de teatrales casos, por supuesto falsos
La línea matriz de los “procesos judiciales” examinados por la “doctora en leyes” se asocia de manera inequívoca a la exageración, el trazo deforme, la humillación del individuo y la decisión de eliminar todo signo de muro contendor entre el escenario público y el privado, cual dicta la receta de manual del mundo posterior a la entronización del Gran Hermano catódico.
Más vinculado a la pareja en los inicios, con el paso de las temporadas CC ha acentuado el perfil morboso (entre los temas favoritos ahora figuran el incesto, parafilias, necrofilia, masoquismo, pederastia, padrastros que se ligan con las hijas adolescentes de sus esposas y son demandados por estas, madres acusadoras de sus hijos gays por contagiar de SIDA a no portadores dispuestos a infectarse, transgéneros que le reclaman ingratitud a sus progenitores…) de “casos” cuyo ridículo “veredicto” haría morir de vergüenza a la abogada Alicia Florick de La buena esposa.
En ningún momento el espacio disimula la intención pro-Coliseo romano de levantar rating a cuenta de la degradación del ser humano, insultos, golpes, groserías de toda laya. Aquí se echa a los leones a quien quiera, con tal de mantener audiencia y la algazara bulliciosa de la masa menos cultivada.
Las estadísticas oficiales de diversos entes de la región demuestran que el programa goza de los mayores márgenes de aceptación entre los mayoritarios sectores pobres de América Latina, poseedores de escaso grado de educación. Según arrojan los datos de esas mismas fuentes, es rechazado por las clases media y alta, portadoras de otro rango de instrucción.
Tras ser eliminado en virtud de su contenido perjudicial para las nuevas generaciones de la parrilla de Televen por la Comisión Nacional de Telecomunicaciones de Venezuela en 2010, la detestable Polo dijo que era algo injusto porque su programa no tenía ni violencia ni pornografía y aprovechó para propalar ofensas muy duras contra Hugo Chávez y el gobierno cubano, el cual no tenía velo en ese entierro pero al que este tipo de personajes representantes de la línea más talibán del exilio miamero busca el menor pretexto para injuriarlo. No se manifestó de esa manera sin embargo cuando la colombiana Caracol lo sacó del aire por idénticos motivos.
Para perjuicio de la sensibilidad, el espíritu y la cultura de su posible espectador, sigue transmitiéndose en otras quince naciones del subcontinente y en los Estados Unidos, pese a que diversos programas de sus propias televisiones suelen burlarse del carácter ridículo e inverosímil de CC y la crítica le endilgue calificativos como “esperpento” “porquería postglobal” y “exponente del abuso rampante de las miserias humanas en la telebasura”.

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