La
estructura morfológica de Esteban,
largometraje cubano a concurso en este Festival del Nuevo Cine Latinoamericano,
remite tanto a las estrategias formo-narrativas de diversos teleplays
nacionales de mejor o peor fortuna artística programados por los canales
cubanos como a las de episodios del currículo de Pastor Vega, al modo de Habanera (1984), donde la permeable
línea fronteriza entre televisión filmada con ínfulas de cine o acaso de cine
encapsulado dentro de un status televisivo del cual no pueden salir impide la
consumación del parto específicamente cinematográfico.