No
obstante los miles de relatos que tiene para narrar el cine de África,
continente lleno de magia e historia, el pasado de colonialismo feroz
(verificable igual en el presente, mediante tan onerosas como visible vías,
consecuencias de esa herencia) extendido sobre su extensa geografía impide que
la mayor parte de sus cinematografías experimente un despegue que, en arte e
industria como este, requiere respaldo económico, incluso en la era digital.