domingo, 15 de mayo de 2016

Knock, Knock: no, no



No he visto aún la última película de Eli Roth, mas sus antepenúltimo y penúltimo opus (Infierno verde y Knock, Knock) son exploitation high-trash del rey del pornoterror. Knock… (2015), de entrada, tiene décadas de atraso en sus formas y modelos cinematográficos. Ya estos thrillers hollywoodenses de gente que se mete en la casa del otro a secuestrarlo, al menos de esta forma tan arbitraria y ridículamente erotizada porque aun existen variantes de mérito, cayeron en desuso puesto que no tenían más que decir. Salvo conocidas excepciones, se fabrican al montón, en clave de telefilmes, para rellenar las parrillas de las cadenas a horarios insanos.

Remake de Death Games (Peter S. Traynor, 1977), en este bodrio del director de Hostel la actriz de origen cubano Ana de Armas -pese al bombo mediático de su traslado a La Meca, hasta ahora todo lo hecho por ella no pasa de la porquería- y Lorenza Izzo, dos jóvenes psicópatas, llegan en la noche, bajo la lluvia, a casa del cuarentón Keanu Reeves, esposa e hijos ausentes por supuesto. Le pintan fiesta, él que sí pero no, se deja llevar a tanta insistencia y en eso la cosa se pone caliente en la ducha cuando las ardientes nenas le “obligan” a recibir un fellatio bipersonal. De ahí en adelante, ninguna duda moral podrá contener al buen padre, quien va con todo por las visitantes, incluidos furiosos coitus a tergus contra nuestra linda Anita.
A la mañana siguiente, lógica hollywoodina, la culpa le da los buenos días al dueño de la casa, quien ve invadido su hogar por las traviesas chiquillas. Aquí Keanu se pone duro, las invita a salir, pero ellas, soliviantadas, pasan a plan malévolas, y nada que hacer; casi que entierran a Neo de lo bravas que se tornan. Nunca cuento las películas, aunque de tan deprimente su argumento, aquí es obligatorio hacerlo.
No tengo idea cuál fue el objetivo. ¿Mostrar que la de Armas, bien ligerita de ropas junto a la Izzo acá, es un pimpollito, aunque nuestra compatriota sea mala hasta el dolor en la actuación? ¿Darle trabajo al viejo Reeves en mantenidas horas bajas¿ ¿Sumar otra macarronada de Roth, para que sin embargo algún “especialista” del onanismo crítico hable de su eclecticismo? Da igual a la larga, el único problema son los noventa minutos de martirio.

1 comentario:

  1. VI LA PELICULA, ME GUSTO Y ME DIVERTI, PUNTO, CUMPLE SU OBJETIVO. NO VEO PORQUE HABLAR CON ODIO NI RENCORES, VEO CIERTA ENVIDIA EN ESTE COMENTARIO, NO PARECE UD UN CRITICO DE ARTE, PARECE UN ACTORUCHO FRUSTADO Y ENVIDIOSO POR PERSONAS QUE HACEN DINERO EN SU TRABAJO

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