domingo, 30 de noviembre de 2014

Capitanes de Abril


A 500 años de expansión colonial, crimen y pillaje en ultramar; a un país anquilosado; en fin a un régimen político fascistoide en bancarrota moral, iba a poner punto final la operación que comenzó en Portugal durante la madrugada del 25 de abril de 1974, bajo la organización de un grupo de valerosos y progresistas oficiales del Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA), o de los Capitanes, en lo que constituiría el inicio de una auténtica revolución popular. La acción armada, no sangrienta pero victoriosa, se planificó para cumplirse en tres semanas, mas solamente demoró un día, gracias al apoyo de las masas populares al pronunciamiento militar contra la dictadura filosalarazista de Marcelo Caetano. Fue aquella un revolución poética no solo por la identificación con los claveles, la flor primaveral predilecta de los portugueses, sino por el halo romántico, mágico que envolvió su génesis y desarrollo. Significaba, al tiempo que un réquiem por un imperio putrefacto, un vítor fortísimo a la ilusión, los sueños y la fe.  La de Abril fue una revolución que barrió de ayer y aireó de mañana a un pueblo reacio a perder la capacidad de creer.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

El poder y el mayordomo


Al parecer, el realizador británico Roland Joffé piensa semejante a su coterráneo Stephen Frears en torno a que, a la larga, “lo único que importa en una película es la historia”, pues resulta proverbial el uso de excelentes guionistas en su cine. Para Vatel  el director de La misión, aquella notable Palma de Oro en Cannes ´87, partió de las premisas argumentales del reputadísimo dramaturgo Tom Stoppard, el guionista de El factor humano, de Otto Preminger; Brazil, de Terry Gilliam; El imperio del sol, de Steven Spielberg; o la también por si mismo dirigida Rosencrantz y Guildenstern han muerto, León de Oro en Venecia´90. Stoppard definiría el concepto de un drama histórico fragmentariamente biográfico, fascinante ya sobre el papel -luego trabajado por tiempo por Jeanne Labrune-, que Joffé, con sabia batuta y un equipo técnico de otra dimensión (la música de Ennio Morricone; la dirección de arte de Jean Rabasse, la fotografía a cargo de Robert Fraisse y el protagónico absoluto de Gerard Depardieu) ha inundado de energía, pasión, sagacidad en una estirpe de celuloide de cuya plata emerge sensación de solidez, y en cuya luz se vuelca una irreprochablemente pulcra realización.

sábado, 22 de noviembre de 2014

La Anunciación: hervidero de emociones encontradas


Historia de fracturas y quiebres, de rencores postergados, mentiras, verdades particulares no compartidas en la ajenitud, contradicciones familiares, desencuentros y acoples, negociaciones inconclusas y desperfectos varios de esa máquina de errar que somos los humanos, La Anunciación (Enrique Pineda Barnet, 2009) continúa legitimando -y sustancia mediante su presencia- esa zona del espacio dramático que en la pantalla nacional ha atisbado la complejidad de nuestra naturaleza y la ilustrara a través de la expresión de diferencias, polaridades u otredades equis, desde los tiempos aúreos de Memorias del subdesarrollo, pasando por las no menos atendibles Reina y Rey, Suite Habana, Barrio Cuba, Viva Cuba o Video de familia, hasta La noche de los inocentes, Personal Belongings, Mañana, La guerra de las canicas, La pared, Madrigal, Los dioses rotos, The Ilussion, El grito o Brainstorm,  significativas por una u otra razón.

jueves, 20 de noviembre de 2014

August Rush: película-caramelo de usar y tirar


Aunque nada tiene que ver su producción con el sello del castillo, En busca de un hogar (August Rush, 2007) responde al cuño marca de fábrica de las amelcochadas cintas familiares del estudio Disney.
Película-caramelo del tipo de las cual la compañía fundada por el viejo Walt continúa haciendo a beneficio de sus ingresos financieros y en desmedro del arte -al estilo de la insufrible Giselle, una historia encantada, vista en Cuba casi de manera simultánea-, esta En busca de un hogar, causa rechazo por efecto de empalagamiento.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Altman en tono menor


Robert Altman, el más viejo peso pesado de la iconoclastia fílmica estadounidense, continuaba activo, al morir en 2006, a los 81 años. Venía siendo un Rohmer o un De Oliveira americano este señor cuya línea de conducta dentro del séptimo arte jamás tuvo reproche alguno. Fiel a sí mismo, consecuente siempre para con sus principios, nunca sucumbió a la tentación del burdo cine comercial, pese a los notables altibajos de su filmografía. Altman tradicionalmente rodó lo que le dio la gana, aunque para ello tuviera que alternar su trabajo cinematográfico con publicidad (cuya ganancia en buen grado le concedió la independencia permitida para poder hablar gordo en predios de Hollywood), teleplays y otras faenas suprafílmicas.

domingo, 16 de noviembre de 2014

Big Bad Wolves, ejercicio de estilo israelí


Quentin Tarantino, abierto desde joven a los cines de todas las latitudes, dijo en octubre de 2013, durante evento fílmico celebrado en Corea del Sur: “No es solo la mejor película que se pueda ver aquí, en el Festival de Busan; es que es la mejor película del año”. El realizador norteamericano se refería al largometraje de Israel titulado Big Bad Wolwes (¿Quién le tiene miedo al lobo feroz?, la denominación original hebrea), segunda incursión fílmica de los directores Aharon Keshales y Navot Papushado tras su debut, Rabies.

jueves, 13 de noviembre de 2014

Willis x 16 cuadras


En 16 cuadras (16 Blocks, 2006) Bruce Willis personifica a Jack Mosley, un policía venido de todo, viejo, amargado y botelladependiente, a quien luego de un día agotador le asignan la siguiente tarea -al parecer de puro trámite: transportar a un reo desde la estación hasta  la corte a lo largo de la cantidad de manzanas que indica el título del filme.  Lo que Willis no sabe es que su protegido es un blanco viviente que no debe llegar vivo ante el juez, so pena de descubrir en su confesión a peligrosos encartados. Los propios colegas del agente, corruptos, son el enemigo, después de descartar Mosley su alianza al grupo y así reconciliar su conciencia con un pasado no tan correcto.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Conservadora superproducción hollywoodense


Ya en 1946 el cine vio la primera versión de la novela Anna y el rey de Siam, según las vivencias diz que verídicas de la institutriz británica Margaret London (Anna Leonowens es el nombre que la autora emplea en el libro y luego la pantalla retoma):  pura gelatina de  una bionda de Albión con un ojos rasgados monarca del reino asiático, manejada en la literatura y el celuloide de manera tan elìptica, tan de barrunto, que aunque todos inferamos que el rey le pasa la cuenta a la rubia que le instruye a sus 58 hijos y no sé cuantas esposas y concubinas, eso nunca se verá explícitamente, ni siquiera en la más reciente como conservadora versión de 1999. Hollywood, enamorado sempiterno del musical, trasunta las memorias a ese género en 1956. En la versión en blanco y negro de  una década atrás los protagonistas habían sido Irenne Dunne y Rex Harrison; en el polícromo musical el dueto central es asumido por la inefable Deborah Kerr y el calvísimo Yul Brinner. 43 años después, el musical de Broadway inspira a un animado de Warner Brothers que pasó sin penas ni glorias en cartelera porque entre otras cosas, tuvo la mala suerte de chocar temporalmente con el monstruo taquillero de la Disney, Tarzán. Casi al unísono salió la cuarta adaptación (tercera con personas reales) de la para los norteamericanos inmortal historia.

martes, 11 de noviembre de 2014

Diálogos con el vegetal


Pedro Almodóvar extrajo el feto imaginativo de Hable con ella de notas perdidas en la barriga interior de los grandes diarios occidentales. En tres de esas noticias insólitas encontró algo monstruosamente bello, permeado de la extraña majestad de la desolación que envuelve esta película: Una joven norteamericana despertó del coma después de 16 años,  para contradecir lo planteado por la ciencia al respecto; en Rumania, el joven celador de la morgue de Bucarest se sintió atraído en su soledad por una muerta, y le hizo el amor al cadáver. La poseída en realidad sufría de una especie de catalepsia, y despertó durante el acto. Aunque la familia aun se lo agradece, el guardián está en prisión. En Nueva York, otra chica con nueve años en coma quedó embarazada. Se comprobó que un camillero de la clínica regaba cada noche al vegetal.

domingo, 9 de noviembre de 2014

Complicaciones erosentimentales en el D.F


Sólo con tu pareja, aquella estimable opera prima de Alfonso Cuarón, plantó en 1991 el pie fundacional de esas historias eroconflictuales que en la pantalla mexicana de los noventas tuvieron en la vertiente de comedia urbana de problemas de pareja su expresión más adulta en Cilantro y perejil  (1996), del realizador Rafael Montero, y Sexo, pudor y lágrimas (1999), dirigida por Antonio Serrano. Cilantro... reflexiona sobre la ruptura matrimonial, la soledad y la búsqueda de la media naranja y la felicidad. Lo hace desde una perspectiva que aunque se enclave en los promontorios del humor para nada pierde seriedad en el abordaje del fenómeno. La película está bien planteada ya  a nivel de guión y su amago de estructura de cine dentro del cine (la hermana de la protagonista hace su documental a partir de lo que va pasando en la película) no obstaculiza las posibilidades de recepción de amplias capas del público. Existe, empero, un elemento utilizado por las guionistas Carolina Rivera y Cecilia Pérez Grovas a manera de cortinilla verbal al cual se apela en exceso y deviene valladar en la fluidez narrativa: la no muy mesurada presencia de ese psicólogo -magnífica, no obstante, su encarnación- que funciona como sujeto de reflexión de las contingencias de las relaciones amorosas en un superestresado  México de capitales golondrinas en fuga, TLC, expansión demográfica y acentuados conflictos políticos internos. Demián Bechir, aquí en su filme-despegue, y Arcelia Ramírez, el binomio actoral centro de la cinta, está sencillamente fabuloso. Ambos, de una manera muy orgánica, despedazan con mero sabor mexicano los diálogos que se les asignan, apoyándose en un muy digno de ponderar trabajo faciogestual, sin sobredosis de mohínes y otros aberraciones histriónicas delatantes de la sobreactuación. Es ésta una acertada comedia reflexiva que de sabia manera incide en los puntos neurálgicos de las relaciones de pareja en la actualidad, que por el carácter de éstos y el tratamiento dado en la película, coinciden perfectamente con los comunes a otros pueblos y culturas.

jueves, 6 de noviembre de 2014

El crimen de Álex


Lo de Álex de la Iglesia siempre fue eso: plantarle un trancazo en la mollera a la convención. Tal ha sido su inveterada estrategia, desde los tiempos nauseabundos de Perdita Durango, pasando por la gozable El día de la bestia, esa rica gamberrada de La comunidad, el marmitako-western 800 balas y el desmadre de Crimen ferpecto, siempre antes de llegar a su cerebral ejercicio de género Los crímenes de Oxford (2008). En su inopinado desplazamiento hacia comarcas del suspense clásico, el bilbaíno y su coguionista eterno Jorge Guerricaechevarría parten de la novela del argentino Guillermo Martínez para componer una pieza cuya solvencia narrativa, cuidado en el cuerpo de diálogos y capacidad visual no la eximen de ser la mixtura en versión cine globalizado (esto es, las coproducciones llenas de estrellas y técnicos de aquí y allá) de un típico whodunit americano embadurnado con un poco de la duda ancestral de Wittgenstein sobre la verdad (“?Podemos llegar a conocerla realmente alguna vez¿”) y lucubraciones matemáticas (la tan famosa como llevada y traída sucesión numérica de Fibonacci).

martes, 4 de noviembre de 2014

Alexandra


“Aquí todo está destruido, no solo las casas. Los buenos saludan a los malos, los santos creen al diablo…”.  Así dice Malika, la anciana chechena vendedora del mercado local, al conversar con Alexandra, su coetánea rusa y personaje central del filme homónimo del maestro Alexander Sokurov. El diálogo entre el par de viejecitas, quienes trabarán amistad, tiene lugar cuando la segunda se toma un aire durante su visita al campamento militar del nieto -capitán destacado en la región por orden de Moscú-, y pasea por los tenderetes de venta de un poblado semiderruído, y luego por el hogar de la recién conocida. Escenas registradas todas en tonalidades sepias/ocres, pues no hay precisamente policromía, ni exceso de luces o alegrías para retratar aquí.

domingo, 2 de noviembre de 2014

Lancinante relato sobre la violencia


Furgón de cola de la economía comunitaria europea junto a Portugal, Grecia ha sido escenario de fortísimos traumatismos sociales durante la última década como consecuencia del impacto de la crisis mundial, la aplicación a rajatabla de la ortodoxia neoliberal y la consiguiente asfixia del individuo tras la amputación de derechos otrora básicos del ciudadano medio. Frustraciones y dolores suelen coserse en el caldo de la familia, algo sabido por el cine ya antes de Bergman. De manera que varios directores helénicos hilaron esa rueca, para sacar del carrete obras fílmicas que son verdaderas odas a la desesperanza y se constituyen en parte del segmento más amargo (por cuanto refieren desde lo argumental, no por su calidad) de la pantalla mundial del siglo XXI. Las nuevas tragedias griegas son casi más pesarosas que las de la antigüedad. A la obra completa de Giorgos Lanthimos pero más en especial a su Canino (2009) y Alps (2011), así como a Attenberg (Athina Rachel Tsangari, 2010), se interconecta en su ahogado resuello espiritual un largometraje del molde de Miss Violence (Alexandros Avranas, 2013), crudo retrato de la descomposición moral absoluta de una familia promedio en la Atenas de la actualidad. Tanto el filme de Avranas como los antes mencionados, u otros, constatan los estertores del hundimiento, expiden desde lo artístico el certificado de defunción al derrumbe de un modelo. Son frescos epocales de inestimable valor sociológico.
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