Acostumbrado como está el
espectador a la ortodoxia de la narrativa hegemónica, quizá al hacerle frente a
una película semejante a El camino de San Diego (Carlos Sorín, 2006) pueda sentirse algo distante ante un concepto
de la puesta en escena que casi reniega de ella. Aunque, si está conectado con
el cine del director de Historias mínimas
y El perro, comprenderá que este
camino autoral devino, por convicción, pauta morfológica primaria de las obras
de un hombre mucho menos interesado en “narrar” en la línea aristotélica que en
configurar climas, constatar la imbricación ontológica del individuo a su
realidad telúrica, pulsar el mapa emotivo de personajes (quienes a la larga no
suelen ser más bien tales, según el entendido del guión tradicional, sino
no-actores representados a sí mismos) desde el ecuador de una sensibilidad
entrevista sobre la base de su contribución a elevarlos en tanto seres humanos.
El director de La película del rey llevó
lo anterior a un plano meliorativo casi insuperable en Historias…, para luego
reeditar, sin igual lustre pero también con beneficios artísticos, la ecuación
en El perro… Y, a la tercera (El camino…), bueno, a veces va la vencida, o la
media vencida cual es el caso. Ya estaría bien que Sorín vaya pensando en
replantearse sus conceptos de desesquematización constructiva de su
“documentalismo ficcional”, porque de seguir este paso lo que estará cimentando
en breve será su propio edificio del esquematismo.
lunes, 30 de junio de 2014
domingo, 29 de junio de 2014
Cine y Fútbol: Rudo y cursi
Hay dos Cuarón: Alfonso, el director
-irregular aunque célebre- de Hollywood, merced a grandes producciones corte “Niños
del hombre”, “Harry Potter y el prisionero de Azkabán”, “Gravedad” u otras. Y
Carlos, sin realizaciones a su haber hasta “Rudo y cursi”, pero quien le ayudó
de manera determinante a componer el guión de la película que hizo famosos al
par de hermanos mexicanos: “Y tu mamá también”, aquella interesante, mas
exageradamente encumbrada, parábola primisecular en formato de road movie sobre
los tercios inconmensurables de la razón, la emoción y los sentimientos.
viernes, 27 de junio de 2014
420 segundos definen relaciones imposibles
Género patidifuso que
respondió en alguna medida a las líneas trazadas por el cartabón sociopolítico
peninsular, la comedia cinematográfica española, a través de sus distintas
expresiones artístico/históricas (la españolada blanca franquista y sus
esperpentos finicaudillistas, la de maestros como Berlanga, la del
destape/movida, la ochentera, la del país del euro, la trash y la post 11-M con
los años del paro y el quiebre del contrato social, donde germina la replicante
del modelo televisivo) por regla dependió más que de movimientos o tendencias
creativas grupales, de talentos o artesanos individuales que en franjas
próximas desde Trueba y Colomo, pasando por Gómez Pereira y Martínez-Lázaro u
otros pocos, hasta varios bien nuevos entre los cuales forma fila Daniela
Féjerman se encargaron de impulsarla con menor o mayor suerte. La Féjerman, con experiencia
previa en guiones para cine y televisión, así como en la codirección de par de
filmes (A mi madre le gustan las mujeres; Semen, una historia de amor), se
lanza a su primera realización en solitario a través de 7 minutos (2009), el
cual escribió a cuatro manos con la ex ministra de Cultura hispana, Ángeles
González-Sinde.
jueves, 26 de junio de 2014
La invención de Hugo 3D, en la sala Patria
Al olor de sus ´70, Martin
Scorsese, último maestro vivo de la pantalla norteamericana, rubricó en La
invención de Hugo (Hugo, 2011) el filme más nostálgico, autobiográfico,
familiar, irrigado por la fantasía y reafirmante tanto de su inmenso amor hacia
el cine como de sus notables conocimientos históricos en torno a dicho arte. El
único rodado por él hasta el momento en 3 D. Con verdadero sentido en su caso,
no por mera moda, sino en función de expandir la profundidad de campo; conferir
plasticidad a geniales travellings
aquí articulados o a determinadas tomas aéreas.
La invención de Hugo (3D), en la sala Patria del 3 al 9 de julio
Al olor de sus ´70, Martin
Scorsese, último maestro vivo de la pantalla norteamericana, rubricó en La
invención de Hugo (Hugo, 2011) el filme más nostálgico, autobiográfico,
familiar, irrigado por la fantasía y reafirmante tanto de su inmenso amor hacia
el cine como de sus notables conocimientos históricos en torno a dicho arte. El
único rodado por él hasta el momento en 3 D. Con verdadero sentido en su caso,
no por mera moda, sino en función de expandir la profundidad de campo; conferir
plasticidad a geniales travellings
aquí articulados o a determinadas tomas aéreas.
miércoles, 25 de junio de 2014
El Goya de Saura
Hasta ahora ha sido el séptimo el único arte capaz de
conciliar las otras seis en sí y a la vez tener una independencia abrazadora
que lo hace inigualable; de ahí su carácter ideal en tanto mecanismo de
expresión. Carlos Saura, de modo semejante a como otros cineastas lo hicieran
durante los ´90 -aunque ya lo suyo venía de atrás- tuvo muy en cuenta el axioma
en su Goya en Burdeos, película
mixtificadora donde las haya, la cual ora nos parece un filme, ora un lienzo en
carne del maestro de la pintura en cuya etapa de la vejez en la ciudad francesa
se afinca el relato de la obra.
martes, 24 de junio de 2014
Incontenido mapa sentimental de Olivier Assayas
Olivier Assayas, el
mismo que hace casi cuatro décadas fuera entrevisto por la revista Cahiers du Cinema -de la cual fue uno de
sus críticos más polémicos- como uno de los cineastas a tener en cuenta al
inicio del tercer milenio, luego de la por casi todos elogiada Finales de agosto, principios de septiembre,
se apareció en el 2000 en Cannes con su Los destinos sentimentales, amodorrante
película parcialmente lograda. Es esta una ambiciosa obra sobre el paso del
tiempo y su reflejo en una pareja vinculada al incipiente desarrollo industrial
de la Francia
de las décadas iniciales del pasado siglo. El filme descuella por su portentosa
descripción y reconstrucción de época, su pulcritud técnica, fotografía e
iluminación y, sobre todo, por las poderosas composiciones de los personajes
centrales por Charles Berling y Enmanuele Béart. Empero, resulta sobremanera
lastrado por su decisión indeclinable de nunca acabar, que lo hace, en sus tres
prolongadísimas horas en tempo de
cine francés, ser ora bamboleante, ora tautológico, ora redundante.
Los destinos sentimentales (Les destinées sentimentales), de haber contado con un guión más atildado y un
montaje más cauteloso, hubiera sido una interesante pieza sobre la incidencia
en la pareja de los años con toda su carga de factores externos atentatorios de
la estabilidad en la unión: conflictos laborales, estallidos bélicos,
enfermedades, quiebras financieras, enfermedades, infidelidades...
lunes, 23 de junio de 2014
Desde cero, y en el fin del mundo
Ver lo remoto cual túnel de escape ante la adversidad
es algo que está encostrado a los genes de la especie desde su fase ancestral.
Las constantes huidas de personas hacia sitios extraños tuvieron muchas veces
origen, a lo largo de la historia de la humanidad, en el miedo ante el peligro
inminente. Este sentimiento primigenio es el que motiva el desplazamiento hacia
Kenya de la familia judía alemana de los Redlich en 1938, antes del exterminio
nazi a los de su raza. La pareja de Walter y Jettel Redlich junto a su hija
Regina, personajes centrales de En ningún lugar de África (Nirgendwo
in Africa) deben replantearse modos de obrar y pensar ante su choque con
cultura y condiciones de vida diferentes. El quiebre del particular orden de
las cosas de los dos esposos motiva que lo que en principio pudiera haber
parecido una estructura con vocación de monolito se esquirle, mucho a causa del
cambio abrupto, aunque debido un poco también a que -como le dice el padre de
Walter a Jettel antes de partir: “En el matrimonio a veces uno ama más que el
otro, y ese otro siempre será más vulnerable. Mi hijo te ama mucho”. La
frivolidad de Jettel, su debilidad y pragmatismo eventuales marcarán grietas en
la piel de una unión que Walter, defectos personales a un lado, hará lo
imposible por preservar.
sábado, 21 de junio de 2014
Un oeste de matriz clásica
Sin que por lo general los
obituarios resalten sus ofídicas mutaciones hacia los universos del cine de
acción, terror o ciencia-ficción -éstas de hecho le posibilitan casi la vida
eterna-, desde que el western entrara en su fase crepuscular, cíclicamente son
dictados partes de muerte a los cuales siempre una o dos películas por década,
de esas “genéricamente puras”, ponen en tela de juicio. Danza con lobos, de Kevin Costner; y Los
imperdonables, de Clint Eastwood, impugnaron, con honor, tal sentencia luctuosa
en los 90. No apareció nada decoroso comenzado el siglo XXI, hasta que de nuevo
Costner presentara una digna muestra de la pantalla del oeste mediante A campo abierto (Open range, 2002),
a las que se agregarían para 2007 la irregular El asesinato de Jesse James
por el cobarde Robert Ford, y ese vívido, riquísimo remake de El tren de las 3 y 10 a Yuma.
Max en la isla de los monstruos
En material publicado por este autor en la revista Cine Cubano a
propósito del tratamiento en la pantalla reciente del tema
infancia-dolor-aliviadero en las lindes de la fantasía, graficaba, entre otros
ejemplos, con el del niño-personaje central de Donde viven los monstruos (Where
The Wild Things Are, Spike Jonze, 2009). Filme adaptado por el legendario
realizador de esos dos hitos del cine independiente norteamericano titulados
Cómo ser John Malkovich y El ladrón de orquídeas -1999, 2002, respectivamente-
del tan célebre como breve texto homónimo escrito e ilustrado por Maurice
Sendak para 1963. Menos de 240 palabras convertidas en material de cabecera
para miles de lectores estadounidenses, o de otros países, pertenecientes a
varias generaciones.
viernes, 20 de junio de 2014
Las mujeres de Jafar Panahi
Fuera de juego (2005), filme
ganador en Berlín del Premio Especial del Jurado (ex -aequo), en torno a un grupo de muchachas imposibilitadas de
asistir a un partido de fútbol de la selección nacional por las convenciones de
la doctrina islámica que lo prohíbe a las mujeres, representa la consecuencia
en el tiempo para con la obsesión con el sexo femenino que el realizador iraní
Jafar Panahi mostrara desde su inefablemente bella opera prima de 1995 El globo blanco, pasando por El espejo (1997), hasta El círculo (2000).
jueves, 19 de junio de 2014
La eternidad en un día, captada por Theo Angelopoulos
La eternidad y un día resulta
una de las obras fílmicas más hondas y bellas del realizador griego Theo Angelopoulos , aunque a la vez figura entre las menos franqueables de su
filmografía para el espectador, pese a que probablemente sea con sus dos horas
y tanto la más breve de un hombre empeñado en componer extendidísimas películas
como si de novelas se trataran. Y decir lo segundo del creador de La mirada de Ulises no es poca cosa; pues este autor optó por un estilo de
cine muy particular, caracterizado por constantes como singulares metáforas, la
elusión del raccord, la evanescencia
del relato en el terreno de lo ilusorio, su tendencia a la grandeza, la
solemnidad, el hermetismo, la autoobservación, un tempo lento de larguísimos planos-secuencia y prolongados
silencios como templos dóricos que hacen sombra sobre el exiguo diálogo de sus
personajes... Al igual que Borges, el director helénico piensa, de manera
confesa, que mientras unas pocas
personas lo entiendan, con eso le basta; si ese reducido grupo estuviera
integrado por amigos, no le disgustaría.
Aun así, o quizá a causa de ello, en la tentación intelectual de
canonizar las sagradas escrituras
autorales el calificativo de genio viviente del cine contemporáneo en ningún
momento se le ha cuestionado.
martes, 17 de junio de 2014
Vittorio de Sica: un oído aguzado para escuchar las penas del hombre
En varias de esas usuales controversias en
torno a las posibilidades expresivas del cine se ha dicho que a este arte le
resulta imposible filmar lo que sucede en el interior de los personajes, porque
carece de medios para ello, a diferencia de la literatura. El gran cine siempre
ha desmentido semejante memez. Hay muchas escenas, secuencias completas, en la
obra de Vittorio de Sica que lo refutan: el alma del pequeño Giuseppe se vuelca
en esa última y atónita mirada, antes de caer desde el puente al suelo de
piedras, luego de la amenaza de Pasquale, su compañero de lustrar zapatos, robo
y cárcel de la dura cotidianidad descrita en Limpiabotas. Todo el dolor,
la pena y el asco del mundo encuentran cabida en la madre de Dos mujeres,
al ver a su hija, casi una niña, violada con saña por los militares turcos. El
viejo Umberto D de la obra maestra
homónima rumia su soledad, su vergüenza interior y esa falta de
solidaridad de lo demás hacia sí, en prácticamente todo instante en que su
figura entra al campo de la cámara. Tres minutos le bastan a De Sica en Los
girasoles para precipitar todo un torrente emocional y generar una
atmósfera soberbia de angustia y frustración en ese encuentro de la mujer
italiana con su hombre en Rusia, tras buscarlo afanosamente después de la
guerra y encontrárselo allí, ya esposo y padre.
domingo, 15 de junio de 2014
Miyazaki, trazos iluminados de un genio de la animación
Hay un venerable señor en el
Japón -activo en el arte del dibujo
animado desde los ´60 durante la época del estudio Toei, si bien hasta escasos
lustros solo pasto de cenáculos-, quien en los tiempos del ordenador, Aardman
con su stop motion, Dreamworks y esa Pixar
repleta de lumbreras de la era digital, continúa animando a lápiz sus storyboards e historias completas
confeccionadas a pura imagen pintada a mano. A los cinco dedos suma un corazón
tan noble, e ígneo a la vez, como los colores identificadores del pendón
nacional. Hombre sui géneris, de proclividad anacorética, pesimista a veces y
muy optimista otras; distante de la manía fotorrealista del género lo mismo que
del uso de unas nuevas tecnologías hacia las cuales no oculta su desdén;
marxista, izquierdista; estudiante de ciencias económicas; sindicalista; amante
de la aviación, los autos antiguos, la naturaleza y sobre todo, de la infancia,
se nombra Hayao Miyazaki (Tokio, 1941).
viernes, 13 de junio de 2014
La afgana Osama y la mongola La leyenda del camello que llora
No es Bin Laden,
sino una niña de doce años la nombrada Osama y protagonista de la cinta
homónima afgana. A la pequeña no le queda otro remedio que aparentar ser varón,
porque el régimen talibán le prohíbe todo a la mujer - entre ese todo figura
trabajar también-, y ella debe impedir que su paupérrima familia muera de
inanición, realizando alguna labor que le proporcione un mínimo jornal. Aunque solo
le de para traerle una sandía al
anochecer a la madre y la abuela.
jueves, 12 de junio de 2014
Sam Raimi sabe arrastrar al infierno
Como Spielberg u otros de la
camada, de niño Sam Raimi (1959) filmó en Super 8, desanduvo luego los pasos
habituales hasta el 35 milímetros…,el éxito: la consabida cadena, aunque no
necesariamente en tal orden, pues ya rodando en 16 se agenció los primeros aciertos
en la pantalla; ahí está para refrendarlo algún capítulo de su trilogía Evil
Dead, iniciada hacia 1981. A
la manera del contador de historias evocado por Oscar Wilde en su célebre apólogo
sobre la fantasía, a Sammy le agradaba referirle relatos nocturnos a sus
compinches de mataperradas: “Me gustaba sentarme alrededor de una hoguera o en
una habitación oscura y escuchar y narrar historias de miedo de mis amigos”. Al
modo de Tarantino, se “tragó” los géneros (en su caso los ligados al
fantaterror), en vino fílmico escanciado con remarcada fruición a lo largo de
los años.
miércoles, 11 de junio de 2014
Las tristes princesas de Fernando León de Aranoa
Que Fernando León de Aranoa
iba a convertirse en un cineasta de primera línea del cine español se
barruntaba por cualquier discreto olfateador desde sus trabajos iniciales; si
bien no lo confirmara de a todas hasta ese magnífico drama social que fuera Los lunes al sol. El realizador y
guionista volvería sobre los términos de puro realismo en que se mueven sus
relatos en la sorprendente Princesas,
eficaz oscultación del status quo
imperante en el universo de la prostitución en España.
martes, 10 de junio de 2014
Dos tigres no hacen un oso, señor Annaud
Dos hermanos tiene el hálito legendario de las fábulas
de Esopo, el candor de nobleza de reconocidas aventuras fílmicas de corte
ecológico, la impronta de un majestuoso documental sobre la vida de los felinos
sellado con materiales constructivos empero utilizados por los albañiles del
cine de ficción. Se trata de una superproducción del francés Jean-Jacques
Annaud centrada en el universo de los animales, ahora los tigres, en la cuerda
de su inimitable El oso (1988),
aunque muy lejos de la consistencia narrativa e incluso la estructura visual de
aquella obra maestra de la pantalla europea.
lunes, 9 de junio de 2014
Caos calmo: relato original y lleno de humanidad
Botón de muestra del buen momento que corrió el
cine italiano durante la más reciente década -paradojas de la pantalla, en
tiempos tan tiñosos como los de Berlusconi-, Caos calmo (2008) súmase a los
exponentes de dicha nacionalidad de mayor impacto durante fecha reciente. Lista
donde nada desdora (e incluso a mi juicio, en al menos tres o cuatro casos, las
supera con tranquilidad) a las galardonadas, harto bien recibidas por la
crítica local e internacional El Divo, La mejor juventud, Romanza criminal, Las
consecuencias del amor, Sonrisas y lágrimas, Mi hermano es hijo único, Vincere
o la sobrevalorada Gomorra.
Si bien estampa en sus
créditos la firma directiva de Antonello Grimaldi, la obra es un Moretti a
pulso, pues porta todas sus fobias, neurosis, iteraciones, agudeza y sentido
ético: el mapa en tercera dimensión de su personalidad, punteado paso a paso
desde Bianca, Palombella o Rossa, hasta Caro diario y Abril. El gran Nanni,
figura de peso de la cultura italiana contemporánea, a los 54 a la sazón, coescribió el
guión y estelariza el filme, en su regreso artístico luego de aquella ácida farsa
satírico-política de 2006 titulada El caimán; y lo hace mediante lo que
constituye elongación -humana, vívida, sincera, aunque en tono más amable-, de
su anterior drama de 2001, La habitación del hijo, montado ahora sobre otra
variante del allí también tocado asunto de una pérdida familiar.
sábado, 7 de junio de 2014
Cronenberg maquina una historia de violencia
Un crítico europeo arrancaba
así su apreciación de Una historia de violencia (History of Violence, 2005):
“El film de (David) Cronenberg, quizás su mejor obra hasta ahora, me ha
recordado mucho a Camino a la perdición de Sam Mendes. Preside ambos films un
idéntico clima de fatalismo violento que pesa penosamente sobre los
protagonistas: la casi imposibilidad de escapar del propio pasado. Tom Stall,
un hombre tranquilo de mediana edad, vive en Millbrook, un pueblecito de
Indiana, con su mujer y dos hijos, uno, adolescente, la otra, una niña todavía
pequeña. Es el dueño de esas típicas cafeterías americanas en que se sirve
comida rápida elaborada en el mismo establecimiento. Una noche se presentan en
el local, a la hora del cierre, una pareja de atracadores itinerantes con
numerosas muertes a sus espaldas. Y Tom, en un momento dado, no tiene más
remedio que matarlos para evitar que acaben con él, sus dos empleados y unos
clientes. Su repentina y efímera fama como héroe americano le trae como secuela
una terrible tempestad: en la localidad aparecen tres peligrosos gángsteres,
empeñados en afirmar que Tom no es otro que Joey Cusack, un peligroso sicario,
desaparecido hace años, hermano de un conocido "boss" y con un montón
de cuentas pendientes, entre ellas la que los tres mafiosos pretenden saldar.
Tom y su familia no salen de su asombro, aunque quizás no todos estén tan
seguros de que nada tiene que ocultar. Poco a poco las sospechas se abren
paso…”.
viernes, 6 de junio de 2014
Barcelona, un mapa: cartografía abrupta
Al aproximarse a A la
deriva, cinta estrenada en 2009, la crítica española censuraba a su
realizador, Ventura Pons, el hecho de que su sentido del riesgo le hacía caer
en opciones tan discutibles como las de montar en paralelo un encuentro erótico
con imágenes de africanos masacrados. Ese sería tan solo, un ejemplo entre
muchos de su “sentido del riesgo”; podrían citarse momentos parecidos en unas
cuantas de sus películas.
jueves, 5 de junio de 2014
Trapero y el tráiler
Acostumbrado como está el
espectador a la ortodoxia de la narrativa hegemónica, quizá al hacerle frente a
una película semejante a Familia rodante pueda sentirse algo distante
ante un concepto de la puesta en escena que casi reniega de la puesta en
escena. Pablo Trapero propone una obra en la cual se preocupa sobremanera “en
que parezca que aquí nadie filma nada, nadie pone la cámara, nadie escribe un
guión y no hay actores”. Y lo logra de manera rotunda este joven exponente
fundacional del una vez llamadoNuevo Cine Argentino, quien acorde a la marca
ideoestética básica de este movimiento, acomete un acercamiento a la
cotidianeidad bajo un signo realista regido por la naturalidad, donde huelga el
artificio y las rutilancias del mainistream, del propio mainstream
argentino dominado por los jerarcas de la producción y antítesis de este Nuevo
Cine independiente. Al margen de que a su discurso formal todavía lo poblasen
(claro, a esa aun mínima altura de su campeonato, pues el filme fue estrenado
en 2004) determinadas rusticidades semiamateurs: solo un ejemplo, inexactitudes
en la edición; verbigracia, un niño del grupo va a orinar a unos matorrales, se
produce un ruido entre la hojarasca indicativo de que algo ocurre, va a
investigar, y de pronto, corte, sin ninguna continuidad narrativa ni derivación
lógica del hecho.
miércoles, 4 de junio de 2014
Philippe de Broca: escapar al peso del mundo moderno
Cuando falleció, en
noviembre de 2004, Philippe de Broca se aprestaba a participar en el proceso de
promoción de la que sería su última película, Una víbora en el puño (Vipère
au poing), estrenada en Francia ese año. Pero el cáncer se lo impediría al
veterano realizador de 71 años, con cuya marcha del mundo terrenal se iba una
forma, un estilo, un concepto de hacer cine que —sin apartarse jamás de los
sentimientos, percepciones y emociones del ser humano más simple sentado en la
platea—, también poseyó la virtud de imantar a críticos, historiadores e incluso a los más reputados cineastas
nacionales de todas las épocas.
Un icono de la pantalla gala
como Francois Truffaut lo adoraba. Luego de aquella fatídica mañana en la cual
el diario Le Parisien fue el primero
en propalar la noticia de su muerte, el autor de Los 400 golpes (cinta en la cual de Broca colaboró consigo fungiendo
de asistente), recordó que «el poeta de lo risible» —así lo calificaba— nunca
pronunciaba la palabra arte y hasta se vanagloriaba de ser superficial. Leía
menos críticas de sus filmes que Woody Allen y tomaba la acera opuesta cuando
se le acercaba algunos de aquellos compañeros suyos de la época, tan dados a
los cenáculos intelectuales, las teorías narrativas y el visionaje constante de
cuanta obra extraña apareciera en Cinemateca, contra los que él desbarraba a la
menor ocasión.
martes, 3 de junio de 2014
Otra pintoresca italianada de Tornatore
Esta blog, alérgica al dato
factual y más proclive a mirar las subyacencias o evidencias detrás y delante
del fotograma, cree pertinente sin embargo consignar en esta ocasión algunos
elementos de Baaría, el filme reseñado, teniendo en cuenta que no son comunes en
una producción europea, salvo excepciones.
domingo, 1 de junio de 2014
El gorrión, de Johnnie To: cómo saborizar el thriller asiático
El hoy virtuoso de la puesta
en escena, el encuadre y la edición Johnnie To (1955), con cerca de sesenta
películas rodadas en menos de tres décadas de carrera y un prestigio
exponencial en el universo fílmico, fue el único de los directores hongkoneanos
que no cayó presa del impasse creativo luego que la ex colonia británica pasara
nuevamente a soberanía china, en 1997.
Bien poco antes, poniendo el parche antes de que cayera la gotera, fundó la
productora Milkyway Image Ltd, de socio con su habitual colaborador, Wai
Ka-fai, bajo cuyo sello incrementó de manera notable su producción fílmica, al
tiempo que financiaba los largometrajes de algunos colegas.