lunes, 31 de octubre de 2011

La desconocida, thriller de suspenso con ecos sociales (+ Clip y Trailer del filme)

Ganadora de las principales categorías a concurso en los premios David di Donatello 2007, por arriba de la gran favorita de aquella liza -Caos calmo, de Nanni Moretti-, La desconocida (La sconosciuta, Giuseppe Tornatore, 2006: exhibida en la nación como parte del ciclo dedicado al cine musicalizado por Ennio Morricone), pese a no poseer la extraordinaria calidad de su citada contrincante, en modo alguno resulta una película descalificable, según la impugnasen ciertos críticos europeos.
Olvidémonos de la ristra de premios concedida por la Academia italiana (al menos a quien escribe cada día le importan menos los lauros otorgados a las obras fílmicas, porque la historia está cundida de injusticias y “bonches”, desde los Oscar hasta el Festival de La Habana). Estamos ante un largometraje digno de apreciar por otras razones extracurriculares.

viernes, 28 de octubre de 2011

Hanna: el experimento guerrero que vino del frío

Hanna (Joe Wrigth, EUA/Inglaterra/Alemania, 2011), aun en calidad de estreno en varias salas de la nación, revienta el suelo en esa finca del cine de acción occidental -no olvidemos que en la escuela asiática se localiza una de sus fuentes madres; sobre todo a partir de Contracara, John Woo, 1997- que en los últimos años ha sabido configurar identificables marcas de agua en películas atractivas, entretenidas, orgánicamente estructuradas, hasta cierto punto cautivantes en su magnetismo o deslumbrantes en su visualidad -y no le busquemos más peras al olmo, porque ni Jung ni Zizek andan trepados en sus ramas. Hablamos dentro de tal comercial vergel, claro, de la expoliada trilogía Bourne; episodios aislados de la franquicia Bond o cintas menos ortodoxas cual la singular El americano (Anton Corbijn, 2010): quizá la primera action movie teológica del siglo con el cordón umbilical colgado al vientre del noir melvilliano (El samurai, 1967).

lunes, 24 de octubre de 2011

Los silencios de Kim Ki-duk

La obra de Kim Ki-duk, uno de los más conspicuos y legítimos representante del nuevo cine surcoreano -mal que le pese a quienes ya abjuraron de sí o a los críticos franceses, tan dados a descubrir autorías pero huraños increíblemente ante su obra-, abre brechas de insospechadas cuan luminosas aperturas hacia un universo de significados que apunta, en primer caso, a la extraordinaria complejidad de las relaciones humanas en la frialdad del mundo moderno.
Sus filmes angustian y apasionan, abruman de incógnitas y desbaratan falsas intuiciones, a través de relatos generadores a dos manos del estupor y la desazón que se  agazapan en las capas de sentido de una poética salvajemente lírica y signada por la desconcertante ambigüedad que supone el establecimiento de una portentosa potencialidad dialogística por intermedio de historias donde prima el laconismo casi extremo de sus personajes.

Marina: endechas junto al mar

Mediante Marina (Kiki Álvarez, 2011) reaparece en la pantalla cubana el tema del retorno, tras observarlo la cercana Casa vieja (Lester Hamlet, 2010). Asunto inmortal este del arte dramático, la vuelta a casa del hijo pródigo o defectuoso -más le vale tal al cine y la literatura, sobre todo los más recientes-, tiene en el nuevo estreno nacional un abordaje honesto, profundo y conmovedor dentro de un relato que parte de dicha premisa narrativa para, sobre todo, dialogar en torno a la soledad, el dolor, el amor en tanto polea regeneradora y el apego a las raíces, entre otros motivos comunicantes.
Película nada más en apariencia sencilla, los diálogos y soluciones dramáticos de la última obra del autor de La ola (1995) y Miradas (2001) solo pueden construirse a partir de un conocimiento mayor de los resortes activos u ocultos incidentes en el comportamiento, las acciones de la especie.

domingo, 23 de octubre de 2011

Thor: el dios del trueno, según Branagh

Surgido en agosto de 1962 (casi en el mismo parto que el mucho más venerado Spider Man) gracias a la omnipresencia de la divinidad marveliana de Stan Lee junto a su hermano Larry Lieber y el dibujante Jack Kirby, en el No. 83 de la revista Journey into mistery, el personaje versión comic de Thor experimenta ahora otro brinco gigante al desplazarse entre las capas de mundos fantásticos que lo transportaron de quintaesencia de la mitología nórdica/germana a pasto de historieta, hasta carne ya de superproducción fílmica merced al filme homónimo del shakesperiano realizador británico Kenneth Branagh a estrenarse estos días en las salas cubanas.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...