sábado, 28 de diciembre de 2013

Sexo (semi) incestuoso en el penthouse del hedonismo


Esta vez el viejo De Broca, un señor que siempre supo acompañar a sus protagonistas masculinos de beldades del sexo opuesto (recuerden al feo Belmondo con el monstruo Cardinale, en Cartouche), ha traído para prendar nuestra retina y perdonar cualquier imperfección de la película a Marie Gillain, una joven actriz dotada en buena ley de todas las herramientas de la profesión, que para fortuna suya posee el aura de las bellezas clásicas, junto a un candor extrañamente salpicado de ese desborde de gracia que hizo estallar las capacidades sensoriales de todo el espectador perteneciente al sexo del que escribe que asistió a la exhibición de la película.  Ella da vida a la señorita de Nevers, a quien Lagardere cuida  desde bebita y después hace su esposa, lo que comprendemos dentro de la tradición histórico-literaria, pero que bien pudieron ahorrarse en su libre adaptación De Broca y los guionistas Jean Cosmos y Jeróme Tonnerre, pues terminamos su deliciosa película con un sabor a incesto en la boca que no quisiéramos”. Mediante tales palabras este crítico finalizaba, hace dieciséis años, su reseña de Enrique de Lagardere (Philippe de Broca, 1997).

domingo, 8 de diciembre de 2013

Zambezia, ambivalente animación sudafricana


Como es conocido, la animación mundial posee dos grandes polos de atención cualitativa: los estudios Ghibli en Japón, con las maravillosas criaturas de ese genio viviente llamado Hayao Miyazaki y demás cineastas; y Pixar, en los Estados Unidos: artífice de clásicos modernos del género a la manera de Juguetes, Wall. E y Up. No obstante, la verdad sea dicha, las últimas muestras de Pixar marcan franco declive.

viernes, 6 de diciembre de 2013

Violeta Parra de cielos e infiernos


“La creación es un pájaro sin plan de vuelo, que jamás volará en línea recta”, contesta Violeta Parra, como parte de la entrevista televisiva que conforma una de las subtramas del filme chileno Violeta se fue a los cielos, del realizador Andrés Wood, presentado dentro del Festival de Cine Latinoamericano.

Mandela "hollywoodizado" en Invictus


En la era Obama luce bien la condescendencia étnica en esa meca del racismo que es Hollywood. Lo mismo se nos aparece un superhéroe negro de modales heterodoxos como Hancock, que una princesa afroamericana empeñada en dormir el american dream en el largometraje de animación Tiana y el sapo. Acercarse a Nelson Mandela no desentona en tal órbita, falaz y coyuntural, de atracciones.

domingo, 1 de diciembre de 2013

La demora, otra certera concreción artística de Rodrigo Plá


Pese a otros antecedentes barajados por la crítica a propósitos evocativo-contextualizatorios, en realidad sería Whisky, estrenado hacia 2005 por Pablo Stoll y Juan Pablo Rebella, el pequeño gran filme capaz de ubicar a Uruguay no solo ya dentro de la movida festivalera, sino como un lugar al cual volver la mirada dentro del mapa cinematográfico del siglo XXI.
Con ese cine minimal, “chiquito”, de cámara en su continente; economía narrativa en su exploración cartográfica a la cotidianidad; coherencia en la puesta en escena; personajes antiheroicos e implosivos; e interpretaciones formidables se identifican las señas audiovisuales fílmicas, las tendencias expresivas predominantes allí en la disciplina. E igual acontece con La demora (Rodrigo Plá, 2012), exhibida en Cuba como parte del Festival de Cine Latinoamericano de La Habana.

sábado, 30 de noviembre de 2013

3096 días, el (cinematográficamente) mal contado rapto de Natascha Kampush


Coproducción austro-germana realizada en 2013 por la norteamericana Sherry Roman (Desert Flower) de estreno en las salas nacionales, 3096 días constituye la versión al celuloide de uno de los raptos más célebres de la historia reciente: el de Natascha Kampusch.

3096 días, el (cinematográficamente) mal contado rapto de Natascha Kampush


Coproducción austro-germana realizada en 2013 por la norteamericana Sherry Roman (Desert Flower) de estreno en las salas nacionales, 3096 días constituye la versión al celuloide de uno de los raptos más célebres de la historia reciente: el de Natascha Kampusch.

domingo, 24 de noviembre de 2013

Después de la Tierra: el suicidio autoral de Shyamalan


En la francesa Cahiers du Cinema, entre las revistas de cine más prestigiosas del planeta, nombraron “auteur” a M. Night Shyamalan. Aunque los críticos norteamericanos -quienes, casi en masa, siempre le tuvieron ojeriza- se burlaron, en realidad sí fue señor autor (en su momento). Hoy, a sus tempranos 43 años, pese a que quizá ni él mismo tenga idea de qué demonios es, no pasa de un mal tanguista montado en las aplanadoras formulaicas hollywoodinas.

martes, 29 de octubre de 2013

La caza: algo sigue podrido en Dinamarca


Sin dudas, uno de los realizadores contemporáneos más provocadores, inquietantes -e incómodos para cierto público de estómago acomodaticio- es el danés Thomas Vinterberg, cofundador junto a su coterráneo Lars von Trier del otrora célebre y hoy olvidado Movimiento Dogma 95, corriente propugnadora de cero artificios y renuncia absoluta en la construcción del relato de mecanismos históricos de la puesta en pantalla: entelequias impropias para un arte de representación como el cine que condujeron a autoneutralizar dicha tendencia.

lunes, 28 de octubre de 2013

La llave de Sarah: ser judío en Vichy


La llave de Sarah, película del realizador francés de ascendencia hebrea Gilles Paquet-Brenner, pertenece a ese superhabitado género de exponentes fílmicos interesados en rastrear las señales de un pasado doloroso desde las coordenadas del presente y la yuxtaposición constante de los planos narrativos del ayer y el ahora.

El Harakiri de Miike


Las películas de Takashi Miike (Muerto o vivo, Audición, Visitor Q, La felicidad de los Katakuris, Una llamada perdida) son provocativas, ambiguas, hiperbólicas, demenciales, subversivas, elaboradas exquisitamente a nivel visual y en el manejo del tiempo cinematográfico. Maestro en el tensar hasta grado extremo una situación de angustia, su narrativa logra exasperar a espíritus conservadores, pues un golpe de timón en el relato conduce la historia hasta abismos no fáciles de tolerar por todo tipo de espectador. Por ejemplo, en su largometraje Ichi the killer hay escenas brutales de tortura y flagelación, carne para el debate de determinados anclajes teorizantes sobre el uso de la violencia en la imagen fílmica; piedra de escándalo de cuanto es válido o no aceptar dentro de la pantalla comercial.

Trance: Inception con Síndrome de Down


El otrora atendible realizador británico Danny Boyle ilustra a las claras el modelo de creador cuya impronta va desvaneciéndose a medida que concibe una nueva película. El progresivo descenso del director de Tumba abierta, Trainspotting y 28 días después no es reciente, valga aclararlo; viene desde los hoy día lejanos tiempos de Una historia diferente o La Playa. Pese a timar a medio planeta mediante la academicista/sensiblera/manipuladora/oportunista Slumdog Millonaire, pura carne de Oscar antes de filmarla, ni convenció del todo en Sunshine ni tampoco en 127 horas; no obstante todas ellas superiores, por mucho, a la ahora estrenada en Cuba, Trance.

lunes, 7 de octubre de 2013

Phil Spector, según Mamet


Philip Harvey Spector, conocido en el mundo del espectáculo por Phil Spector, fue un significativo productor y compositor musical. Su relevancia en la historia de la discografía se asocia sobre todo con la primera de ambas parcelas, en tanto contribuyó a revolucionar el pop de la década de los ´60 y aupar la carrera de Los Beatles, Los Ramones, Tina Turner e innumerables músicos, varios de ellos afroamericanos. Este último detalle no es meramente referencial, sino ilustra el olfato del hombre para visibilizar y respaldar el extraordinario reservorio de la música negra en los Estados Unidos.

El hombre sin pasado, venganza tradicional en el filtro coreano


Es el cine elaborado en Corea del Sur uno de los más sugerentes, eclécticos y rotundos del planeta, desde hace al menos tres lustros. A los grandes directores como Kim Ki-duk, Park Chang-wook o Bong Joon-ho, sumánse decenas de notables realizadores noveles, quienes entregan juvenilia y creatividad temática y expresiva a sus exponentes.

La isla de los olvidados, buen cine noruego


Cuando parecía que el subgénero carcelario no podría engendrar nuevas grandes obras, de tan reducido el epicentro espacial de sus historias y exprimidos los mecanismos dramáticos de sus registros expresivos, desde Noruega llega a las pantallas del planeta una película a tener en alta consideración, como La isla de los olvidados.

Reality, Obnubilados por la telebasura


Preludiados quizá no tanto por Orwell como por la historieta Custer, de 1986, con los reality shows, presentes en la televisión mundial ya desde antes que en 1999 se emitiese el primer Gran Hermano oficial en Holanda, este medio de comunicación arribó a la etapa de entronización absoluta de lo trash o basura como concepto definitorio.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Oblivion, el viejo Tom extasiado entre planetas


La sobrevalorada Tron Legacy, de 2010, le abrió el camino al novato Joseph Kosinsky para filmar otro filme de ciencia ficción y consabido alto coste económico: Oblivion, superproducción de 2013 protagonizada por un astro de la batería pesada del cine comercial como Tom Cruise. Apuntar aquí mismo que el actor es el mecenas, productor y artífice principal del filme. Kosinsky está meramente para conseguir la extraordinaria visualidad del filme, terreno en el cual este realizador es uno de los modelos actuales de la pantalla norteamericana, valga consignarlo. Si bien, eso influye en un largometraje pero no le confiere calidad, per se, como todos sabemos.
Pero el caso es que Tom Cruise no debió filmar nunca Oblivion, sobre todo por haber intervenido antes en dos películas punteras del género de la ciencia ficción como La guerra de los mundos y Minority Report. Sobre esta última aun no se ha escrito bastante de su carácter premonitorio, de su voluntad de adelantada para su época. Llegar nuevamente al nicho de ambos filmes demanda un talento que Cruise, sin Steven Spielberg y un buen guion al lado ahora, no puede por sí solo poseer en un arte tan colectivo como el cine.

Melaza, el mundo perdido


El advenimiento del período especial conllevó a la baja del 700 por ciento en la producción de azúcar del país, aparejada la ostensible restricción al doble mal de una caída de los precios del dulce en el mercado mundial. Era imposible mantener, al menos con el mismo patrón imperante por décadas, a dicha industria, considerada uno de los pilares económicos del modelo cubano; además de representar elemento cultural y cosmosivo de ineluctable vínculo con el ser nacional o la cubanidad.

domingo, 25 de agosto de 2013

La protohistoria de Oz


Cuando se dedicaba a criar aves de corral, fabricar fuegos artificiales o limpiar almacenes, quizá todavía el alemán Lyman Frank Baun ni imaginaba que en su posterior faceta de escritor iba a ser el firmante de una de las piezas literarias infantiles más leídas de la historia: El maravilloso mago de Oz, publicada en 1900, de la cual realizaría doce secuelas en menos de dos décadas y que también trasladase al universo teatral con éxito.

sábado, 6 de julio de 2013

Nada que hacer: amores de desempleados


La gran diferencia entre el cine americano y el europeo estriba en que en el primero el torrente sanguíneo dramático lo constituye la energía física dominante en los hechos narrados; y en el segundo, el elemento basal lo representa la observación del individuo, la energía se traslada por canales internos provenientes de sí, y el tempo, por consiguiente, tiende a ser más parsimonioso,  dilatado, exhaustivo, como corresponde hacerlo a las escrutaciones caracterológicas, que eso son muchas de las películas de este continente.

domingo, 30 de junio de 2013

Enemigos públicos, el buen cine de Michael Mann en la industria


Ninguneada en los desastrosos Oscar de su año -salvo algunas categorías el veredicto general fue de escándalo, pese al silencio de la fábrica mundial mediática de mentiras y el santiguo tercermundista-, Enemigos públicos (Public Enemies, 2009), reexhibida ahora en Cuba, viene a ser la enésima prueba confirmatoria del calibre narrativo de un director como Michael Mann.
Si dejamos a Scorsese tranquilo en su altar de genio viviente de la pantalla norteamericana, no existe un director allí -Spielberg, Eastwood o Soderbergh, como Martin, se mueven en otras direcciones, confeccionan otro tipo de cine- que, dentro de la industria, cuente, encadene, secuencie, dinamice la acción interna del fotograma e ilumine la pantalla con trazos de maestría semejantes: en última instancia concentradores de toda una riquísima herencia cinematográfica nacional, filtrada por el autor de Heat y Alí mediante un dispositivo abrevador aquí del summun del género gangsteril -de Scarface a Uno de los nuestros- cuya legendaria estela honra a través de un abordaje proclive no ya a reciclarlo o remedarlo, sino a reiventarlo sobre la rueda de la reescritura de mitología y señas identitarias.
Muy superior a la adaptación de Max Nosseck (1945) e incluso a la más conocida elaborada por John Millius (1973) acerca de la vida del gangster John Dillinger, Enemigos públicos -inspirada de forma parcial en el libro del periodista de Vanity Fair, Brian Burrough, Public Enemies: America´s Greatest Crime Wave and the Birth of The FBI, 1933-1934-, reobserva el mito del singular personaje del Chicago de los años ´30, al desmontaje de una visión convergentemente clásica y muy actual, lejana de la típica idealización del mafioso para aproximarse más a la épica de un operístico western urbano crepuscular sobre la sobrevida de un outsider, del outlaw sabedor de su destino trágico y  devorado por el mismo sistema que lo genera, alimenta y romantiza solo hasta el grado de comenzar a reconocerlo como la antinomia modélica de su hipócrita tabla de valores. La cual, por otro lado, no prescinde de asociaciones e interrelaciones entre la Crisis del ´29 y la debacle bancaria actual (cuanto fue del Martes al Viernes negro, de la Gran Depresión a los tiempos de Madoff), amén de subtextos a apreciar tanto en torno a la consolidación histórica de los aparatos de represión interna y vigilancia ciudadana como a la relación hecho criminal/medios/espectáculo dentro de los Estados Unidos.

martes, 25 de junio de 2013

El camino de San Diego, según San Sorín


Acostumbrado como está el espectador a la ortodoxia de la narrativa hegemónica, quizá al hacerle frente a una película semejante a El camino de San Diego (Carlos Sorín, 2006)  pueda sentirse algo distante ante un concepto de la puesta en escena que casi reniega de ella.
Aunque, si está conectado con el cine del director de Historias mínimas y Bombón el perro, comprenderá que este camino autoral devino, por convicción, pauta morfológica primaria de las obras de un hombre mucho menos interesado en “narrar” en la línea aristotélica que en configurar climas, constatar la imbricación ontológica del individuo a su realidad telúrica, pulsar el mapa emotivo de personajes (quienes a la larga no suelen ser más bien tales, según el entendido del guión tradicional, sino no-actores representados a sí mismos) desde el ecuador de una sensibilidad entrevista sobre la base de su contribución a elevarlos en tanto seres humanos.

lunes, 24 de junio de 2013

Los hombres de la compañía: el pinchazo a la burbuja americana


“La política es la sombra que la gran empresa proyecta sobre la sociedad” confirmó con razón ese relevante filósofo social estadounidense llamado John Dewey. La gran empresa empantanó a la economía norteamericana en 2008 y la política del gobierno y de las corporaciones que lo dirigen consistió en echar a la calle a decenas de miles de trabajadores, con el consiguiente incremento exponencial del grado de pesimismo en gran parte de dicha sociedad. Crack solo comparable al de 1929, este trajo consigo el conocido cuadro oneroso de los bancos hundidos y luego salvados por San Obama, hipotecas subprime, casas abandonadas, ciudades fantasmas, centros comerciales clausurados…

domingo, 23 de junio de 2013

La isla siniestra del diestro Martin Scorsese


Desde Taxi driver, su clásico de los ´70, e incluso otros filmes de la época, el lápiz de Martin Scorsese ya venía punteando, con granito bien negro y subrayado, el mapa configurativo de un Estados Unidos-otro que no salía en postales turísticas, el cine comercial desfiguraba, la Literatura en cierta parte de las casos solo tomaba como tablero donde se movían los personajes de los relatos, y la Historia reflejaba de una forma asépticamente elítptica.
Para sopesar con arreglo a la realidad la sedimentación de los esquemas éticos, el acendramiento del sistema de valores de una nación y el punto de incidencia de la violencia dentro del proceso consolidatorio de la estructura clasista y estratificada del concepto social estadounidense, hay que ver, primero -no importa el aspecto cronológico- La edad de la inocencia y Pandillas de Nueva York; y luego El aviador, Toro salvaje, Uno de los nuestros, Casino, la citada Taxi driver, Vidas al límite e Infiltrados.

viernes, 21 de junio de 2013

Veinte años, excepcional película cubana de animación


El joven cineasta cubano Bárbaro Joel Ortiz es un todoterreno sobre el set de filmación, quien prácticamente interviene en cada uno de los procesos (dirección, animación, iluminación, fotografía…) de su película Veinte años, corto de los Estudios de Animación del ICAIC, a reponerse en el verano, rodado mediante la -tan veteranísima como intermitentemente usada en el planeta- técnica de stop motion. Tan añeja que ya hace un siglo los rusos la usaban, y luego fueron centenares los exponentes, de notar o no, fraguados a lo largo de la historia del séptimo arte (y la televisión) con el empleo de dicha vía, en cuya etapa más cercana merecen citarse algunos trabajos del director norteamericano Tim Burton (La novia cadáver, verbigracia) y, fundamentalmente, la labor promovida por el sello británico Aardman e interesantes proposiciones contemporáneas de la animación a la manera de Pollitos a la fuga o Wallace y Gromit emergidas de dicha escuela inglesa.

jueves, 20 de junio de 2013

Haywire, el Soderbergh imperdurable


Resulta Steven Soderbergh uno de los dos o tres realizadores estadounidenses de mediana edad ante los cuales uno se quita automáticamente el sombrero. Este hombre posee la elasticidad del Hombre Araña para saltar de un género/soporte/formato/objetivo temático a otro, para brincar del mainstream al cine independiente con la mayor tranquilidad del mundo. Casi tan prolífico como Allen (23 películas en 24 años activo) y más impredecible que Kubrick, Winterbottom u OzoN, nunca sabes con lo que se va a descolgar. Eso, al menos a cierto tipo de espectador, siempre subyuga.

miércoles, 19 de junio de 2013

Casa de mi padre: execrable ofensa a los latinos


Aunque los latinos cada día sean más en los Estados Unidos y hayan sido filmadas obras cinematográficas como Un día sin mexicanos, donde se remarca hasta la obviedad el peso de su imprescindible fuerza allí, su extraordinario aporte y no solo como fuerza bruta, ellos continúan ninguneados, humillados, mal vistos o preteridos por la gran pantalla norteamericana. A cada rato esta comunidad se queja, forma comisiones, denuncia…, pero nada, el poder de la industria, de todo, está en las manos wasp (los anglosajones blancos protestantes dueños de la nación y de parte de Hollywood).

martes, 18 de junio de 2013

Anna Karenina en el adulterio del estilo


Representa Anna Karenina, la novela escrita por el narrador ruso León Tolstoi entre 1873 y 1877, uno de los frutos predilectos de la viña de los Lumière, desde que la pantalla halló veta madre en la adaptación de textos literarios.

lunes, 17 de junio de 2013

El gagueo del rey

Como sospechaba este comentarista muchas semanas antes de la premiación, Winter´s bone, la película más “independiente” -si bien el término a la fecha es ya cuando menos ambiguo y contiene varias subcapas de análisis que no vienen a cuento destripar ahora- no iba a llevarse ni las gracias en la edición del Oscar de 2011. Lesa injusticia, no poseía rival entre las diez nominadas, pero como el año pasado le otorgaron la estatuilla a ese paradigma del “nuevo cine bélico imperialista de corte intelectual” titulado The hurt locker, también clasificado como “indie” (y con el cual, por cierto, soltaron la baba hasta críticos del planeta considerados de izquierda), resultaba del todo imposible el doblete.

domingo, 16 de junio de 2013

U-Turn, Giro al infierno: cine negro de Oliver Stone

No deja de ser hasta cierto punto sorprendente que un film-noir como Giro al infierno (U-Turn,) haya sido dirigido por Oliver Stone, cuya notoriedad es debida a cintas de signo totalmente opuesto, enfocadas a lo político-biográfico (Salvador, Pelotón, Nacido el 4 de Julio, JFK, Nixon, Comandante, Alexander). Sin embargo, tampoco resulta del todo insólito si oteamos en sus horizontes como guionista e incluso en ese paréntesis de su filmografía llamado  Asesinos natos.
Giro al infierno contiene todos los temas clásicos del cine negro: un hombre trágico, romántico en busca de su destrucción, mujer fatal, existencias cruzadas, fatalismo, sexo, traición, asesinato, violencia. Bobby (Sean Penn) es un pobre diablo que le debe más dólares de los permisibles a cierta pandilla de mafiosos rusos; en viaje hacia Las Vegas al tipo se le rompe el radiador de su Mustang ´64 en un infernal pueblucho del desierto, cuyo nombre es la catedral de la ironía: Superior. De cariz tan irónico como la identificación del lugar será el mecánico que debe reparar la avería (Billy Bob Thornton), o el celoso TNT (), quien cree que Bobby le quiere quitar a la novia. Aparece ahora Grace (Jennifer López), lugareña de ascendencia india, quien pide sexo a kilómetros; ya es hora entonces de que Bobby entre en la primera fase de la gran locura (sabrosísima locura) que es esta película arrebatada, frenética signada por el efecto de bola de nieve: Bobby va internándose progresivamente en una espiral de conflictos empujados uno por otro, los cuales cada vez lo conminan más a permanecer allí, en Superior, como el más inferior de sus seres. A merced de los retozos macabros de un destino muy majadero para este Sr. Nadie en medio de la nada.

La mancha humana: Silk, Faunia y los verdaderos espectros


El sujeto temático de La mancha humana (The human stain) es la mentira. Antivalor que la pantalla ha explorado prolijamente y ahora toca a través de lo que en Estados Unidos se le llamara desde el siglo XIX “pase racial”: la persona negra que se hace pasar por blanca con el objetivo de sacar ventajas sociales o evitar recriminaciones de cualquier índole. El filme, ceñido celosamente a la novela de Philip Roth, vuelve  a un fenómeno que ya algunos narradores decimonónicos estadounidenses abordaran, ahora con el enfoque puesto en la figura de Coleman Silk, decano de cierta universidad fictiva norteamericana, quien durante más de medio siglo vivirá una vida inventada tras renunciar a su identidad racial. Lo más interesante de esta película de Robert Benton resulta precisamente su personaje central, Silk, interpretado por Anthony Hopkins.

Red Riding Hood, La joven de la capa roja


Años antes que Walt Disney convocase a Blanca Nieves y los siete enanitos para su primer largometraje homónimo de 1937, la pantalla ya adaptaba -y desde entonces lo ha estado haciendo sin parar-, los cuentos de hadas o fábulas morales infantiles tradicionales. Por regla, pautada su hechura a las normativas formales e ideológicas (las conocidas recetas moralistas) delineadas en estas letras clásicas de Perrault, los hermanos Grimm, Andersen… Sin embargo, no es mucho el cine fabricado que echase ojo al horror interno y la carga sígnica (las veladas pero constantes remisiones eróticas, verbigracia) de tales narraciones, si excluimos escasas producciones; entre ellas alguna hollywoodense, tres o cuatro europeas y la reciente versión coreana en clave de terror de Hansel y Gretel (Pil-Sung Yim, 2007).

sábado, 15 de junio de 2013

No es Alien, es Prometeo

Hace 34 años Ridley Scott (South Shields, 1937) ofrendó al patrimonio fílmico mundial la obra maestra del cine de ciencia-ficción de terror más impresionante y aportadora de la historia del celuloide. Alien, el octavo pasajero no tuvo comparación con nada conocido. Terror en el espacio (Mario Baba, 1965) solo constituiría para el autor de Blade Runner quizá semilla inspirativa y La cosa (John Carpenter, 1982), pese a su rango, contenía inocultables rasgos hereditarios de esa pieza de marras portadora de una alquimia dramatúrgica fraguada del enyunte entre un feraz pie imaginativo que (re) dibujaba con nuevos cinceles en el espacio sideral el subgénero de “casa encantada de donde nadie puede escapar al poder de una entidad malévola”, con el aprovechamiento diegético de cada minuto del tiempo y de cada fragmento del espacio físico para generar suspense, horror, amenaza, claustrofobia, insospechados twits o giros de timón y cliffhangers o puntos climáticos tensionales de antología.

miércoles, 12 de junio de 2013

Inmaduros, típica comedia de "adultolescentes"

Los cuarenta años, o su cercanía, implican, casi siempre, la aplicación de un colirio de tristeza en los ojos con los cuales se mira el pasado. La llegada a la media edad, con su carga de derivaciones inmanentes en cada uno de los planos del individuo (no el menor el psicológico, por supuesto) supone en muchos el recuento automático de los pasajes más perdurables de su vida pretérita, desde el primer día de escuela al beso precursor, el vuelo del nido paterno, aquel gran amor de juventud… En fin, todo eso lindo que jamás volverá y que se vivió en su instante con la suprema intensidad de lo irrepetible, acaso sin saberlo entonces. Suele arredrar el arranque nostálgico las mil inocentadas cometidas, aquellas tontas actitudes, las picardías del niño adolescente, las tropelías del bachillerato. Entonces, la sonrisa benefactora por regla impide que la fuerza de gravedad transporte lágrimas al piso.

Declaración de guerra, a la derrota y a la enfermedad

Sin reparos en asegurarlo, el Festival de Cine Francés en Cuba menos convincente y más laxo de los últimos años tiene en Declaración de guerra (2011) uno de sus escasos títulos a evocar. Drama tragicómico de autoficción sobre dos padres, un niño pequeño y el águila del cáncer lista a picotearles el soporte de su existencia, el largometraje de Valérie Donzelli -según la peripecia existencial sucedida a esta directora/guionista e intérprete del filme junto a su ex esposo, Jèrémy Elkaïn, coescritor y actor también- sortea los riscos de los conductos lacrimales (ni imaginemos esta historia en manos de norteamericanos, o peor, blanco de cualquier culebrón latinoamericano) solo gracias al comedimiento, la sapiencia y el tacto de la escuela francesa.

Un kazajo suelto (y loco) en Hollywood

Quizá quince años atrás una película como Abraham Lincoln, cazador de vampiros hubiese sonado hiper extravagante y hasta herética, pero ya en un Hollywood donde antes dieron pabilo a esos colosales mejunjes fílmicos que operaron de manera increíble con la fórmula del aceite y el agua como fueron Wild Wild West y Cowboys contra Aliens, en verdad ya ni epata ni mucho menos intranquiliza.
En todo caso, se visiona esta nueva rebatiña de incongruencias con la mirada sardónica de quien atestigua cómo bajo el sombrero de la postmodernidad cinematográfica salen conejos con el genoma modificado, cuya carne apócrifa nada le aporta a la magia del séptimo arte.

miércoles, 5 de junio de 2013

Se vende: no compren

La nueva pieza fílmica de Jorge Perugorría representa la menos sólida dentro de su carrera como realizador, y eso que ni Afinidades ni Amor crónico fueron justamente modelos del mejor cine. Constituye Se vende un filme irregular, disperso e incoherente, resentido por varios elementos, de los cuales el que más lacera al metraje es el excesivo subrayado de sus planteamientos conceptuales y visuales. Tanto que pareciera un guión para presentar en las escuelas de cine de cuanto no debe hacerse en este, con independencia ello de cual género fuere. Su filiación dentro de la comedia no entraña la entrega de patente de corso para sobrepasar lo pleonástico y rayar la tautología.

martes, 21 de mayo de 2013

Aballay, el hombre sin miedo: eficaz western gaucho

La película del argentino Fernando Spiner es estrenada en salas de toda Cuba

Es el western un tendencioso género, al potro del arquetipo y la fantasía, mucho menos simple y desintelectualizado (o desideologizado) de lo supuesto en su día por Tom Mix. Estuvo repleto -ya poco después de Edwin S. Porter y durante extenso trecho de su etapa primitiva/clásica-, de falsificaciones históricas y virilísimos relatos de mitificación heroica o cuentos morales con la visión de un vencedor, por regla envuelto en aureolas de glorificación, cuyo postulado ideológico de “mi rifle, mi pony, mis testículos y yo” exacerbó, deglutió o simplemente enmarcó en celuloide un cuadro representativo de los antivalores fundamentales sobre los cuales fue cincelada la mentalidad de cierto prototipo de ciudadano norteamericano. Y, por añadidura, levantada la nación y luego el sistema imperial de los Estados Unidos de América.

miércoles, 3 de abril de 2013

Zemeckis planea a vuelo medio


El vuelo (Flight, 2012), estreno nacional de la semana, supone el regreso del realizador Robert Zemeckis al cine de acción real -ello es no animado o de otras técnicas parecidas- tras más de una década dedicado por entero a sus incursiones en el, ya por sí convertido en subgénero, motion capture o captura de movimiento: El expreso polar, Beowulf y La estrella polar.
Describe, mediante segmento introductorio de factura técnica fabulosa muy propia del creador de Contacto, el accidente del avión pilotado por el comandante Whip (Denzel Washington, en la mejor captación suya de un personaje en los últimos años, luego de Día de entrenamiento y American Gangster). Este señor, empero, logra salvar a casi todos los pasajeros, gracias a sorprendente pericia, la cual los conocedores califican como verdadera hazaña profesional. Sin embargo, el hombre, alcohólico, comandaba la nave ebrio desde la noche anterior.

lunes, 11 de marzo de 2013

Argo, una perla de demagogia y manipulación

En la ofensiva ideológica occidental contra Irán, la cual tuvo su avanzadilla en Hollywood mediante el filme 300 y su demonización de “lo persa”, una pieza audiovisual como Argo (Ben Affleck, 2012), ganadora del Globo de Oro, el Bafta y el Oscar del año a la mejor película -presentado por la esposa del presidente Obama- [1], no solo es acto de consecuencia para con el irrompible enlace histórico entre la Casa Blanca y su cine desde los tiempos hoy día cuasi remotos de Griffith-de Mille; sino además perfecto vehículo de manipulación encaminado a pavlovizar a la opinión pública universal a favor de la invasión militar a Teherán, debido a la colosal influencia del cine en el subconsciente colectivo.

domingo, 24 de febrero de 2013

Esther en alguna parte: un filme a la gloria de Reynaldo Miravalles y Enrique Molina

El escaso cine cubano de ficción cuyos personajes centrales son ancianos posee particular encanto, desprendido de la empatía generada entre el espectador y seres quienes -en la última vuelta a la carrera del ocaso- intentan aferrarse a un algo, un qué o un quién. Con ello están dejando por sentada, para sus interlocutores silenciosos de la sala, la parábola misma de la existencia, consistente en asirnos a mecanismos de estímulo en tanto resortes vitales o sistemas de propulsión de las emociones, tan requeridas por nosotros los humanos. Se asía a dicho mecanismo Consuelito Vidal en esa aun no reconocida obra maestra llamada Reina y Rey; Verónica Lynn en el todavía poco difundido cortometraje Martha; o la preterida esposa del magnífico dibujo animado Veinte años, con mucho menos fortuna que las anteriores en su caso. Se asen los personajes compuestos por Reynaldo Miravalles y Enrique Molina en el estreno nacional: Esther en alguna parte.

miércoles, 6 de febrero de 2013

La película de Ana: filme correcto con gran personaje e interpretación

El estreno cubano es exhibido en todo el país ahora

  La película de Ana (Daniel Díaz Torres, 2012) bien pudiera haberse titulado La película de muchos, en tanto engloba en su relato la -a su disgusto- inmarcesible dicotomía de tantos conacionales entre querer y no poder; porque ensarta en su flechazo discursivo la disyuntiva de miles de compatriotas entre ser fieles a preceptos morales y estar obligados a burlarlos por circunstancias económicas que los superan. Es muy triste ello: sucumbir al reinado tácito de la concesión. De tal que, aunque a la larga sea una comedia dramática, o dramedia según el término estadounidense, el filme resulte uno de los más desconsoladores de una pantalla nacional reciente donde si algo no abunda es la alharaca entusiasta o el jolgorio (Camionero, Melaza, Penumbras, Marta, Alumbrones, La anunciación, Casa vieja, Fábula, Chamaco, La guarida del topo, Verde verde, Larga distancia…), para dejarlo solo en la ficción, porque en la parcela documental resulta tanto o mucho más lancinante el reflejo.
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