domingo, 4 de mayo de 2014

Frozen, Oscar de Animación del año, es anacrónico para el género


Frozen (Chris Buck y Jennifer Lee, 2013), Oscar al Mejor Filme de Animación del año, de estreno en Cuba, resulta un producto anacrónico, encostrado a las fórmulas más inveteradas de la factoría Disney. Es un insulto al cine que los académicos la hayan preferido por arriba de la japonesa Se levanta el viento, del maestro Hayao Miyazaki; y de la francesa Ernest y Celestine, ambas competidoras en la categoría e infinitamente superiores.

Basada de modo tangencialen La reina de las nieves, de Hans Christian Andersen, el filme nunca logra transpirar el hálito mágico de la historia literaria e incurre en el peor defecto de un dibujo animado, al ser mediocre, tedioso. Adormece y espanta. Se trata de una película que sabe mucho a viejo, para un espectador que haya apreciado las maravillas del estudio norteamericano Pixar o del nipón Ghibli; e incluso hasta algunas propuestas de DreamWorks y la Fox.
Esto es más de lo mismo (castillos, princesas buenas y malvados, el infaltable animalito hilarante y el triunfo definitivo del Bien), pero narrado con demasiada pereza y desprovisto de personajes de alguna enjundia dramática; no importa el género.
Juro por el recuerdo de Chaplin que no acierto a comprender la tremenda alharaca crítica en relación con Frozen. Entre centenares de críticas muy positivas aparecidas en los periódicos de Estados Unidos, España y Latinoamérica, hay una del cronista Horacio Bernades, de Página 12, Argentina, de signo contrario, con la cual coincido en todo. Dice allí el colega que el filme responde a “un modelo que atrasa ostensiblemente (…) Atrasa más aún si se tienen en cuenta Encantada (2007) y Enredados (2010), relecturas de los cuentos de hadas que se atrevían a hacer coexistir con lucidez y valentía lo clásico y lo moderno. Aquí, en lugar de eso surge de pronto lo que parecería casi un brote de esquizofrenia diegética, introduciendo la sospecha y la paranoia en medio de un contexto que no le hace lugar. Sospecha y paranoia que se diluyen, como la nieve o el hielo”.  
Eso es Frozen, un exponente extemporáneo, propio de décadas atrás. Su triunfo en los Oscar constituye otra confirmación del conservador criterio imperante en los gustos y decisiones de quienes emiten el veredicto final de a quién o a qué debe conferírsele la estatuilla.

1 comentario:

  1. creo que debe dedicarse mas al periodismo comun y corriente y no a critico de cine,esta pelicula es para ninos no para adultos como usted ,la pelicula es genial con una musica unica ,los ninos llenaron las salas de cines y sus dvd se vendieron por millones ,estaran equivocados los ninos o siemplemente usted tiene la razon?

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