A
la manera de la aquí recién comentada La
luz de mis ojos, una nueva distopía fílmica marca, otra rara vez, la
diferencia de caminar en pantuflas sobre la tesitura minimalista de las piezas
de cámara, a contrapelo de los dictums de un subgénero dominado en buena parte
hoy día por el ruido y la furia.
Se trata de la producción
independiente estadounidense ¿Estamos
solos? (I Think We’re Alone Now, Reed Morano, 2018), Premio Especial del
Jurado en el Festival de Sundance y exhibida además en la cita especializada de
Sitges. Un exponente post-apocalíptico que traduce en fotogramas las
preocupaciones persistentes en los cerebros de muchos escritores y guionistas,
así como en los de millones de personas de nuestro mundo, angustiadas ante lo
que vendrá. Ello, ya antes del coronavirus; a partir de ahora todo será pura
zozobra, vívase donde se viva.
El relato plantea la existencia,
totalmente solitaria, de Del (Peter Dinklage) en una pequeña ciudad del
interior de los Estados Unidos, tras lo que ha de presumirse –cual resulta
típico en gran parte del subgénero, no proporcionan información en torno a la
causa de la debacle- como una suerte de hecatombe mundial.
Este señor, Del, quien afirma
haberse sentido más solo cuando todos hablaban en derredor suyo que ahora que
nadie existe, gestiona su rutina de la sobrevida sobre la agenda cotidiana de
ordenar la biblioteca, limpiar las casas donde habitaban los fallecidos por la ¿pandemia?
y enterrarlos en un singular cementerio de tiempos de guerra, sin lápidas, sin
obituarios, aunque al menos bajo tierra. Triste, pero mejor incluso que cuanto
sucede en naciones como Ecuador, donde los cadáveres se pudren en las calles
tras el localmente muy mal gestionado coronavirus.
Al pueblo arriba Grace, un
segundo personaje (incorporado por la ascendente Elle Fanning), joven ella y la
antítesis emotiva del sombrío Dinklage. A partir de tal hiato del guion firmado
por Mike Makowsky la historia toma un derrotero encaminado a pulsar la irremisible
coexistencia de dos figuras tan dispares; acaso elocuente ello de que, incluso en
el caso de que al final de todo solo quedasen unas pocas personas en la Tierra, deberá seguir
primando la diversidad, desde la premisa del entendimiento entre los seres
humanos.
En cierto modo y aunque con
algunos socavones tonales y dramatúrgicos, el filme discursa ahora, de forma
sugerente, en torno a la inevitable socialización de los seres humanos, en
tanto mecanismo para sortear la adversidad
Toda esta zona introductoria y
media de la trama discurre con extrema parsimonia, si bien asistida de la
eficacia dramática necesaria como para que no decaiga el punto de atención
sobre los dos sobrevivientes y su interacción diaria.
La segunda película de la
realizadora Reed Morano (El cuento de la
criada) pierde el norte durante el
cierre del nudo y la franja conclusiva. Justo desde el instante en que aparecen
dos nuevos, y últimos, personajes. Incorporados por los deliciosos Charlotte
Gainsbourg (Anticristo, Ninfomaníaca) y Paul Giamatti (American Splendor, Billions), solo son introducidos por dos razones, ninguna válida.
La primera es que Makowski y la
Morano dudan de la fuerza de su relato, del impacto que podría tener dentro de
los espectadores -casi nulo en los Estados Unidos, a pesar de todo-, e insertan
un “gancho”, un misterio tendente a la apertura de potencial conflicto, el cual
viene por la mano de los dos enigmáticos “padres” de Grace. Y los actores encargados
de asumirlos constituyen la segunda razón; sobre todo ella, pues la Gainsbourg representa
el material perfecto para autores o
películas “rarillas” u otras que pretenden alcanzar cierta aura de extrañeza, a
la manera de esta.
Como fuere, la cuestión es que ni
realizadora ni guionista consiguen algo a favor del filme. Los dos inmensos
actores parecen dos muñecos de plastilina en la piel de personajes sin real
justificación dramática, quienes alejan al filme de sus intenciones y
postulados primos. Una barrabasada escritural que pasa factura a una película
cuyo grado de atracción inicial resulta ensombrecido por tales decisiones.
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