“Esta vez el viejo De Broca, un señor que siempre supo acompañar a sus
protagonistas masculinos de beldades del sexo opuesto (recuerden al feo
Belmondo con el monstruo Cardinale, en Cartouche), ha traído para prendar
nuestra retina y perdonar cualquier imperfección de la película a Marie
Gillain, una joven actriz dotada en buena ley de todas las herramientas de la
profesión, que para fortuna suya posee el aura de las bellezas clásicas, junto
a un candor extrañamente salpicado de ese desborde de gracia que hizo estallar
las capacidades sensoriales de todo el espectador perteneciente al sexo del que
escribe que asistió a la exhibición de la película. Ella da vida a la señorita de Nevers, a quien
Lagardere cuida desde bebita y después
hace su esposa, lo que comprendemos dentro de la tradición histórico-literaria,
pero que bien pudieron ahorrarse en su libre adaptación De Broca y los guionistas
Jean Cosmos y Jeróme Tonnerre, pues terminamos su deliciosa película con un
sabor a incesto en la boca que no quisiéramos”. Mediante tales palabras este crítico
finalizaba, hace dieciséis años, su reseña de Enrique de Lagardere (Philippe de
Broca, 1997).
sábado, 28 de diciembre de 2013
domingo, 8 de diciembre de 2013
Zambezia, ambivalente animación sudafricana
Como es conocido, la animación mundial posee dos grandes polos de
atención cualitativa: los estudios Ghibli en Japón, con las maravillosas
criaturas de ese genio viviente llamado Hayao Miyazaki y demás cineastas; y
Pixar, en los Estados Unidos: artífice de clásicos modernos del género a la
manera de Juguetes, Wall. E y Up. No obstante, la verdad sea dicha, las últimas
muestras de Pixar marcan franco declive.
viernes, 6 de diciembre de 2013
Violeta Parra de cielos e infiernos
“La creación es un pájaro sin plan de vuelo, que jamás volará en línea
recta”, contesta Violeta Parra, como parte de la entrevista televisiva que
conforma una de las subtramas del filme chileno Violeta se fue a los cielos,
del realizador Andrés Wood, presentado dentro del Festival de
Cine Latinoamericano.
Mandela "hollywoodizado" en Invictus
En la era Obama luce bien la
condescendencia étnica en esa meca del racismo que es Hollywood. Lo mismo se
nos aparece un superhéroe negro de modales heterodoxos como Hancock, que una
princesa afroamericana empeñada en dormir el american dream en el largometraje
de animación Tiana y el sapo. Acercarse a Nelson Mandela no desentona en tal
órbita, falaz y coyuntural, de atracciones.
domingo, 1 de diciembre de 2013
La demora, otra certera concreción artística de Rodrigo Plá
Pese a otros antecedentes barajados por la crítica a propósitos
evocativo-contextualizatorios, en realidad sería Whisky, estrenado hacia 2005
por Pablo Stoll y Juan Pablo Rebella, el pequeño gran filme capaz de ubicar a
Uruguay no solo ya dentro de la movida festivalera, sino como un lugar al cual
volver la mirada dentro del mapa cinematográfico del siglo XXI.
Con ese cine minimal, “chiquito”, de cámara en su continente; economía
narrativa en su exploración cartográfica a la cotidianidad; coherencia en la puesta
en escena; personajes antiheroicos e implosivos; e interpretaciones formidables
se identifican las señas audiovisuales fílmicas, las tendencias expresivas
predominantes allí en la disciplina. E igual acontece con La demora (Rodrigo
Plá, 2012), exhibida en Cuba como parte del Festival de Cine Latinoamericano de
La Habana.
sábado, 30 de noviembre de 2013
3096 días, el (cinematográficamente) mal contado rapto de Natascha Kampush
Coproducción austro-germana realizada en 2013 por la norteamericana Sherry Roman (Desert Flower) de estreno en las salas nacionales,
3096 días constituye la versión al celuloide de uno de los raptos más célebres
de la historia reciente: el de Natascha Kampusch.
3096 días, el (cinematográficamente) mal contado rapto de Natascha Kampush
Coproducción austro-germana realizada en 2013 por la norteamericana Sherry Roman (Desert Flower) de estreno en las salas nacionales,
3096 días constituye la versión al celuloide de uno de los raptos más célebres
de la historia reciente: el de Natascha Kampusch.
domingo, 24 de noviembre de 2013
Después de la Tierra: el suicidio autoral de Shyamalan
En la francesa Cahiers du
Cinema, entre las revistas de cine más prestigiosas del planeta, nombraron
“auteur” a M. Night Shyamalan. Aunque los críticos norteamericanos -quienes,
casi en masa, siempre le tuvieron ojeriza- se burlaron, en realidad sí fue señor
autor (en su momento). Hoy, a sus tempranos 43 años, pese a que quizá ni él
mismo tenga idea de qué demonios es, no pasa de un mal tanguista montado en las
aplanadoras formulaicas hollywoodinas.
martes, 29 de octubre de 2013
La caza: algo sigue podrido en Dinamarca
Sin dudas, uno de los realizadores contemporáneos más provocadores,
inquietantes -e incómodos para cierto público de estómago acomodaticio- es el
danés Thomas Vinterberg, cofundador junto a su coterráneo Lars von Trier del
otrora célebre y hoy olvidado Movimiento Dogma 95, corriente propugnadora de
cero artificios y renuncia absoluta en la construcción del relato de mecanismos
históricos de la puesta en pantalla: entelequias impropias para un arte de
representación como el cine que condujeron a autoneutralizar dicha tendencia.
lunes, 28 de octubre de 2013
La llave de Sarah: ser judío en Vichy
La llave de Sarah, película del realizador francés de ascendencia hebrea
Gilles Paquet-Brenner, pertenece a ese
superhabitado género de exponentes fílmicos interesados en rastrear las señales
de un pasado doloroso desde las coordenadas del presente y la yuxtaposición
constante de los planos narrativos del ayer y el ahora.
El Harakiri de Miike
Las películas de Takashi
Miike (Muerto o vivo, Audición, Visitor Q, La felicidad de los Katakuris, Una
llamada perdida) son provocativas, ambiguas, hiperbólicas, demenciales,
subversivas, elaboradas exquisitamente a nivel visual y en el manejo del tiempo
cinematográfico. Maestro en el tensar hasta grado extremo una situación de
angustia, su narrativa logra exasperar a espíritus conservadores, pues un golpe
de timón en el relato conduce la historia hasta abismos no fáciles de tolerar
por todo tipo de espectador. Por ejemplo, en su largometraje Ichi the killer
hay escenas brutales de tortura y flagelación, carne para el debate de
determinados anclajes teorizantes sobre el uso de la violencia en la imagen
fílmica; piedra de escándalo de cuanto es válido o no aceptar dentro de la
pantalla comercial.
Trance: Inception con Síndrome de Down
El otrora atendible realizador británico Danny Boyle ilustra a las
claras el modelo de creador cuya impronta va desvaneciéndose a medida que
concibe una nueva película. El progresivo descenso del director de Tumba
abierta, Trainspotting y 28 días después no es reciente, valga aclararlo; viene
desde los hoy día lejanos tiempos de Una historia diferente o La Playa. Pese a timar a medio
planeta mediante la academicista/sensiblera/manipuladora/oportunista Slumdog
Millonaire, pura carne de Oscar antes de filmarla, ni convenció del todo en
Sunshine ni tampoco en 127 horas; no obstante todas ellas superiores, por
mucho, a la ahora estrenada en Cuba, Trance.
lunes, 7 de octubre de 2013
Phil Spector, según Mamet
Philip Harvey Spector, conocido en el mundo del
espectáculo por Phil Spector, fue un significativo productor y compositor
musical. Su relevancia en la historia de la discografía se asocia sobre todo
con la primera de ambas parcelas, en tanto contribuyó a revolucionar el pop de
la década de los ´60 y aupar la carrera de Los Beatles, Los Ramones, Tina
Turner e innumerables músicos, varios de ellos afroamericanos. Este último
detalle no es meramente referencial, sino ilustra el olfato del hombre para
visibilizar y respaldar el extraordinario reservorio de la música negra en los
Estados Unidos.
El hombre sin pasado, venganza tradicional en el filtro coreano
Es el cine elaborado en Corea del Sur uno de los más sugerentes,
eclécticos y rotundos del planeta, desde hace al menos tres lustros. A los
grandes directores como Kim Ki-duk, Park Chang-wook o Bong Joon-ho, sumánse
decenas de notables realizadores noveles, quienes entregan juvenilia y
creatividad temática y expresiva a sus exponentes.
La isla de los olvidados, buen cine noruego
Cuando parecía que el subgénero carcelario no podría engendrar nuevas
grandes obras, de tan reducido el epicentro espacial de sus historias y
exprimidos los mecanismos dramáticos de sus registros expresivos, desde Noruega
llega a las pantallas del planeta una película a tener en alta consideración,
como La isla de los olvidados.
Reality, Obnubilados por la telebasura
Preludiados quizá no tanto por Orwell como por
la historieta Custer, de 1986, con los reality shows, presentes en la
televisión mundial ya desde antes que en 1999 se emitiese el primer Gran
Hermano oficial en Holanda, este medio de comunicación arribó a la etapa de
entronización absoluta de lo trash o basura como concepto definitorio.
miércoles, 11 de septiembre de 2013
Oblivion, el viejo Tom extasiado entre planetas
La sobrevalorada Tron Legacy, de 2010, le abrió
el camino al novato Joseph Kosinsky para filmar otro filme de ciencia ficción y
consabido alto coste económico: Oblivion, superproducción de 2013 protagonizada
por un astro de la batería pesada del cine comercial como Tom Cruise. Apuntar
aquí mismo que el actor es el mecenas, productor y artífice principal del
filme. Kosinsky está meramente para conseguir la extraordinaria visualidad del
filme, terreno en el cual este realizador es uno de los modelos actuales de la
pantalla norteamericana, valga consignarlo. Si bien, eso influye en un
largometraje pero no le confiere calidad, per se, como todos sabemos.
Pero el caso es que Tom Cruise no debió filmar
nunca Oblivion, sobre todo por haber intervenido antes en dos películas
punteras del género de la ciencia ficción como La guerra de los mundos y
Minority Report. Sobre esta última aun no se ha escrito bastante de su carácter
premonitorio, de su voluntad de adelantada para su época. Llegar nuevamente al
nicho de ambos filmes demanda un talento que Cruise, sin Steven Spielberg y un
buen guion al lado ahora, no puede por sí solo poseer en un arte tan colectivo
como el cine.
Melaza, el mundo perdido
El advenimiento del período especial conllevó a la baja del 700 por
ciento en la producción de azúcar del país, aparejada la ostensible restricción
al doble mal de una caída de los precios del dulce en el mercado mundial. Era
imposible mantener, al menos con el mismo patrón imperante por décadas, a dicha
industria, considerada uno de los pilares económicos del modelo cubano; además
de representar elemento cultural y cosmosivo de ineluctable vínculo con el ser
nacional o la cubanidad.
domingo, 25 de agosto de 2013
La protohistoria de Oz
Cuando se dedicaba a criar aves de corral, fabricar fuegos artificiales
o limpiar almacenes, quizá todavía el alemán Lyman Frank Baun ni imaginaba que
en su posterior faceta de escritor iba a ser el firmante de una de las piezas
literarias infantiles más leídas de la historia: El maravilloso mago de Oz,
publicada en 1900, de la cual realizaría doce secuelas en menos de dos décadas
y que también trasladase al universo teatral con éxito.
sábado, 6 de julio de 2013
Nada que hacer: amores de desempleados
La
gran diferencia entre el cine americano y el europeo estriba en que en el
primero el torrente sanguíneo dramático lo constituye la energía física
dominante en los hechos narrados; y en el segundo, el elemento basal lo
representa la observación del individuo, la energía se traslada por canales
internos provenientes de sí, y el tempo, por consiguiente, tiende a ser más
parsimonioso, dilatado, exhaustivo, como
corresponde hacerlo a las escrutaciones caracterológicas, que eso son muchas de
las películas de este continente.
domingo, 30 de junio de 2013
Enemigos públicos, el buen cine de Michael Mann en la industria
Ninguneada en los
desastrosos Oscar de su año -salvo algunas categorías el veredicto general fue
de escándalo, pese al silencio de la fábrica mundial mediática de mentiras y el
santiguo tercermundista-, Enemigos públicos (Public Enemies, 2009), reexhibida ahora
en Cuba, viene a ser la enésima prueba confirmatoria del calibre narrativo de
un director como Michael Mann.
Si dejamos a Scorsese
tranquilo en su altar de genio viviente de la pantalla norteamericana, no
existe un director allí -Spielberg, Eastwood o Soderbergh, como Martin, se
mueven en otras direcciones, confeccionan otro tipo de cine- que, dentro de la
industria, cuente, encadene, secuencie, dinamice la acción interna del
fotograma e ilumine la pantalla con trazos de maestría semejantes: en última
instancia concentradores de toda una riquísima herencia cinematográfica
nacional, filtrada por el autor de Heat y Alí mediante un dispositivo abrevador
aquí del summun del género gangsteril -de Scarface a Uno de los nuestros- cuya
legendaria estela honra a través de un abordaje proclive no ya a reciclarlo o
remedarlo, sino a reiventarlo sobre la rueda de la reescritura de mitología y
señas identitarias.
Muy superior a la adaptación
de Max Nosseck (1945) e incluso a la más conocida elaborada por John Millius
(1973) acerca de la vida del gangster John Dillinger, Enemigos públicos
-inspirada de forma parcial en el libro del periodista de Vanity Fair, Brian
Burrough, Public Enemies: America´s Greatest Crime Wave and the Birth of The
FBI, 1933-1934-, reobserva el mito del singular personaje del Chicago de los
años ´30, al desmontaje de una visión convergentemente clásica y muy actual,
lejana de la típica idealización del mafioso para aproximarse más a la épica de
un operístico western urbano crepuscular sobre la sobrevida de un outsider, del
outlaw sabedor de su destino trágico y
devorado por el mismo sistema que lo genera, alimenta y romantiza solo
hasta el grado de comenzar a reconocerlo como la antinomia modélica de su hipócrita
tabla de valores. La cual, por otro lado, no prescinde de asociaciones e
interrelaciones entre la Crisis
del ´29 y la debacle bancaria actual (cuanto fue del Martes al Viernes negro,
de la Gran Depresión
a los tiempos de Madoff), amén de subtextos a apreciar tanto en torno a la
consolidación histórica de los aparatos de represión interna y vigilancia
ciudadana como a la relación hecho criminal/medios/espectáculo dentro de los
Estados Unidos.
martes, 25 de junio de 2013
El camino de San Diego, según San Sorín
Acostumbrado como está el
espectador a la ortodoxia de la narrativa hegemónica, quizá al hacerle frente a
una película semejante a El camino de
San Diego (Carlos Sorín, 2006) pueda sentirse algo distante ante un concepto
de la puesta en escena que casi reniega de ella.
Aunque, si está conectado
con el cine del director de Historias mínimas y Bombón el perro, comprenderá que este
camino autoral devino, por convicción, pauta morfológica primaria de las obras
de un hombre mucho menos interesado en “narrar” en la línea aristotélica que en
configurar climas, constatar la imbricación ontológica del individuo a su
realidad telúrica, pulsar el mapa emotivo de personajes (quienes a la larga no
suelen ser más bien tales, según el entendido del guión tradicional, sino no-actores
representados a sí mismos) desde el ecuador de una sensibilidad entrevista
sobre la base de su contribución a elevarlos en tanto seres humanos.
lunes, 24 de junio de 2013
Los hombres de la compañía: el pinchazo a la burbuja americana
“La política es la sombra
que la gran empresa proyecta sobre la sociedad” confirmó con razón ese
relevante filósofo social estadounidense llamado John Dewey. La gran empresa
empantanó a la economía norteamericana en 2008 y la política del gobierno y de
las corporaciones que lo dirigen consistió en echar a la calle a decenas de
miles de trabajadores, con el consiguiente incremento exponencial del grado de
pesimismo en gran parte de dicha sociedad. Crack solo comparable al de 1929,
este trajo consigo el conocido cuadro oneroso de los bancos hundidos y luego
salvados por San Obama, hipotecas subprime, casas abandonadas, ciudades
fantasmas, centros comerciales clausurados…
domingo, 23 de junio de 2013
La isla siniestra del diestro Martin Scorsese
Desde Taxi
driver, su clásico de los ´70, e incluso otros filmes de la época, el lápiz de Martin Scorsese ya venía
punteando, con granito bien negro y subrayado, el mapa configurativo de un
Estados Unidos-otro que no salía en postales turísticas, el cine comercial
desfiguraba, la Literatura
en cierta parte de las casos solo tomaba como tablero donde se movían los personajes
de los relatos, y la Historia
reflejaba de una forma asépticamente elítptica.
Para
sopesar con arreglo a la realidad la sedimentación de los esquemas éticos, el
acendramiento del sistema de valores de una nación y el punto de incidencia de
la violencia dentro del proceso consolidatorio de la estructura clasista y
estratificada del concepto social estadounidense, hay que ver, primero -no importa
el aspecto cronológico- La edad de la inocencia y Pandillas de Nueva York; y
luego El aviador, Toro salvaje, Uno de los nuestros, Casino, la citada Taxi
driver, Vidas al límite e Infiltrados.
viernes, 21 de junio de 2013
Veinte años, excepcional película cubana de animación
El joven cineasta cubano
Bárbaro Joel Ortiz es un todoterreno sobre el set de filmación, quien
prácticamente interviene en cada uno de los procesos (dirección, animación,
iluminación, fotografía…) de su película Veinte años, corto de los Estudios de
Animación del ICAIC, a reponerse en el verano, rodado mediante la -tan
veteranísima como intermitentemente usada en el planeta- técnica de stop
motion. Tan añeja que ya hace un siglo los rusos la usaban, y luego fueron
centenares los exponentes, de notar o no, fraguados a lo largo de la historia
del séptimo arte (y la televisión) con el empleo de dicha vía, en cuya etapa
más cercana merecen citarse algunos trabajos del director norteamericano Tim
Burton (La novia cadáver, verbigracia) y, fundamentalmente, la labor promovida
por el sello británico Aardman e interesantes proposiciones contemporáneas de
la animación a la manera de Pollitos a la fuga o Wallace y Gromit emergidas de
dicha escuela inglesa.
jueves, 20 de junio de 2013
Haywire, el Soderbergh imperdurable
Resulta Steven Soderbergh
uno de los dos o tres realizadores estadounidenses de mediana edad ante los
cuales uno se quita automáticamente el sombrero. Este hombre posee la
elasticidad del Hombre Araña para saltar de un género/soporte/formato/objetivo
temático a otro, para brincar del mainstream al cine independiente con la mayor
tranquilidad del mundo. Casi tan prolífico como Allen (23 películas en 24 años
activo) y más impredecible que Kubrick, Winterbottom u OzoN, nunca sabes con lo
que se va a descolgar. Eso, al menos a cierto tipo de espectador, siempre
subyuga.
miércoles, 19 de junio de 2013
Casa de mi padre: execrable ofensa a los latinos
Aunque los latinos cada día sean más en los Estados Unidos y hayan sido
filmadas obras cinematográficas como Un día sin mexicanos, donde se remarca
hasta la obviedad el peso de su imprescindible fuerza allí, su extraordinario
aporte y no solo como fuerza bruta, ellos continúan ninguneados, humillados,
mal vistos o preteridos por la gran pantalla norteamericana. A cada rato esta
comunidad se queja, forma comisiones, denuncia…, pero nada, el poder de la
industria, de todo, está en las manos wasp (los anglosajones blancos
protestantes dueños de la nación y de parte de Hollywood).
martes, 18 de junio de 2013
Anna Karenina en el adulterio del estilo
Representa Anna Karenina, la novela escrita por el narrador ruso León
Tolstoi entre 1873 y 1877, uno de los frutos predilectos de la viña de los
Lumière, desde que la pantalla halló veta madre en la adaptación de textos
literarios.
lunes, 17 de junio de 2013
El gagueo del rey
Como
sospechaba este comentarista muchas semanas antes de la premiación, Winter´s
bone, la película más “independiente” -si bien el término a la fecha es ya
cuando menos ambiguo y contiene varias subcapas de análisis que no vienen a
cuento destripar ahora- no iba a llevarse ni las gracias en la edición del
Oscar de 2011. Lesa injusticia, no poseía rival entre las diez nominadas, pero
como el año pasado le otorgaron la estatuilla a ese paradigma del “nuevo cine
bélico imperialista de corte intelectual” titulado The hurt locker, también
clasificado como “indie” (y con el cual, por cierto, soltaron la baba hasta
críticos del planeta considerados de izquierda), resultaba del todo imposible
el doblete.
domingo, 16 de junio de 2013
U-Turn, Giro al infierno: cine negro de Oliver Stone
No deja de ser hasta cierto
punto sorprendente que un film-noir como Giro al infierno (U-Turn,) haya sido
dirigido por Oliver Stone, cuya notoriedad es debida a cintas de signo
totalmente opuesto, enfocadas a lo político-biográfico (Salvador, Pelotón, Nacido
el 4 de Julio, JFK, Nixon, Comandante, Alexander). Sin embargo, tampoco resulta
del todo insólito si oteamos en sus horizontes como guionista e incluso en ese
paréntesis de su filmografía llamado
Asesinos natos.
Giro al infierno contiene
todos los temas clásicos del cine negro: un hombre trágico, romántico en busca
de su destrucción, mujer fatal, existencias cruzadas, fatalismo, sexo,
traición, asesinato, violencia. Bobby (Sean Penn) es un pobre diablo que le
debe más dólares de los permisibles a cierta pandilla de mafiosos rusos; en
viaje hacia Las Vegas al tipo se le rompe el radiador de su Mustang ´64 en un
infernal pueblucho del desierto, cuyo nombre es la catedral de la ironía:
Superior. De cariz tan irónico como la identificación del lugar será el
mecánico que debe reparar la avería (Billy Bob Thornton), o el celoso TNT
(), quien cree que Bobby le quiere quitar a la novia. Aparece
ahora Grace (Jennifer López), lugareña de ascendencia india, quien pide sexo a
kilómetros; ya es hora entonces de que Bobby entre en la primera fase de la
gran locura (sabrosísima locura) que es esta película arrebatada, frenética
signada por el efecto de bola de nieve: Bobby va internándose progresivamente
en una espiral de conflictos empujados uno por otro, los cuales cada vez lo
conminan más a permanecer allí, en Superior, como el más inferior de sus seres.
A merced de los retozos macabros de un destino muy majadero para este Sr. Nadie
en medio de la nada.
La mancha humana: Silk, Faunia y los verdaderos espectros
El sujeto temático de La
mancha humana (The human stain) es la mentira. Antivalor que la pantalla ha
explorado prolijamente y ahora toca a través de lo que en Estados Unidos se le
llamara desde el siglo XIX “pase racial”: la persona negra que se hace pasar
por blanca con el objetivo de sacar ventajas sociales o evitar recriminaciones
de cualquier índole. El filme, ceñido celosamente a la novela de Philip Roth,
vuelve a un fenómeno que ya algunos
narradores decimonónicos estadounidenses abordaran, ahora con el enfoque puesto
en la figura de Coleman Silk, decano de cierta universidad fictiva
norteamericana, quien durante más de medio siglo vivirá una vida inventada tras
renunciar a su identidad racial. Lo más interesante de esta película de Robert
Benton resulta precisamente su personaje central, Silk, interpretado por
Anthony Hopkins.
Red Riding Hood, La joven de la capa roja
Años antes que Walt Disney convocase a Blanca
Nieves y los siete enanitos para su primer largometraje homónimo de 1937, la
pantalla ya adaptaba -y desde entonces lo ha estado haciendo sin parar-, los
cuentos de hadas o fábulas morales infantiles tradicionales. Por regla, pautada
su hechura a las normativas formales e ideológicas (las conocidas recetas
moralistas) delineadas en estas letras clásicas de Perrault, los hermanos
Grimm, Andersen… Sin embargo, no es mucho el cine fabricado que echase ojo al
horror interno y la carga sígnica (las veladas pero constantes remisiones
eróticas, verbigracia) de tales narraciones, si excluimos escasas producciones;
entre ellas alguna hollywoodense, tres o cuatro europeas y la reciente versión
coreana en clave de terror de Hansel y Gretel (Pil-Sung Yim, 2007).
sábado, 15 de junio de 2013
No es Alien, es Prometeo
Hace 34 años Ridley Scott (South Shields, 1937) ofrendó al patrimonio
fílmico mundial la obra maestra del cine de ciencia-ficción de terror más
impresionante y aportadora de la historia del celuloide. Alien, el octavo
pasajero no tuvo comparación con nada conocido. Terror en el espacio (Mario
Baba, 1965) solo constituiría para el autor de Blade Runner quizá semilla
inspirativa y La cosa (John Carpenter, 1982), pese a su rango, contenía
inocultables rasgos hereditarios de esa pieza de marras portadora de una
alquimia dramatúrgica fraguada del enyunte entre un feraz pie imaginativo que
(re) dibujaba con nuevos cinceles en el espacio sideral el subgénero de “casa
encantada de donde nadie puede escapar al poder de una entidad malévola”, con
el aprovechamiento diegético de cada minuto del tiempo y de cada fragmento del
espacio físico para generar suspense, horror, amenaza, claustrofobia,
insospechados twits o giros de timón y cliffhangers o puntos climáticos
tensionales de antología.
miércoles, 12 de junio de 2013
Inmaduros, típica comedia de "adultolescentes"
Los cuarenta años, o su cercanía, implican, casi siempre, la aplicación
de un colirio de tristeza en los ojos con los cuales se mira el pasado. La
llegada a la media edad, con su carga de derivaciones inmanentes en cada uno de
los planos del individuo (no el menor el psicológico, por supuesto) supone en
muchos el recuento automático de los pasajes más perdurables de su vida
pretérita, desde el primer día de escuela al beso precursor, el vuelo del nido
paterno, aquel gran amor de juventud… En fin, todo eso lindo que jamás volverá
y que se vivió en su instante con la suprema intensidad de lo irrepetible,
acaso sin saberlo entonces. Suele arredrar el arranque nostálgico las mil
inocentadas cometidas, aquellas tontas actitudes, las picardías del niño
adolescente, las tropelías del bachillerato. Entonces, la sonrisa benefactora
por regla impide que la fuerza de gravedad transporte lágrimas al piso.
Declaración de guerra, a la derrota y a la enfermedad
Sin reparos en asegurarlo, el Festival de Cine Francés en Cuba menos convincente y más laxo de los últimos años tiene en Declaración de guerra (2011) uno de sus escasos títulos a evocar. Drama tragicómico de autoficción sobre dos padres, un niño pequeño y el águila del cáncer lista a picotearles el soporte de su existencia, el largometraje de Valérie Donzelli -según la peripecia existencial sucedida a esta directora/guionista e intérprete del filme junto a su ex esposo, Jèrémy Elkaïn, coescritor y actor también- sortea los riscos de los conductos lacrimales (ni imaginemos esta historia en manos de norteamericanos, o peor, blanco de cualquier culebrón latinoamericano) solo gracias al comedimiento, la sapiencia y el tacto de la escuela francesa.
Un kazajo suelto (y loco) en Hollywood
Quizá quince años atrás una película como Abraham Lincoln, cazador de
vampiros hubiese sonado hiper extravagante y hasta herética, pero ya en un
Hollywood donde antes dieron pabilo a esos colosales mejunjes fílmicos que
operaron de manera increíble con la fórmula del aceite y el agua como fueron
Wild Wild West y Cowboys contra Aliens, en verdad ya ni epata ni mucho menos
intranquiliza.
En todo caso, se visiona esta nueva rebatiña de incongruencias con la
mirada sardónica de quien atestigua cómo bajo el sombrero de la postmodernidad
cinematográfica salen conejos con el genoma modificado, cuya carne apócrifa
nada le aporta a la magia del séptimo arte.
miércoles, 5 de junio de 2013
Se vende: no compren
La nueva pieza fílmica de Jorge Perugorría representa la menos sólida dentro de su carrera como realizador, y eso que ni Afinidades ni Amor crónico fueron justamente modelos del mejor cine. Constituye Se vende un filme irregular, disperso e incoherente, resentido por varios elementos, de los cuales el que más lacera al metraje es el excesivo subrayado de sus planteamientos conceptuales y visuales. Tanto que pareciera un guión para presentar en las escuelas de cine de cuanto no debe hacerse en este, con independencia ello de cual género fuere. Su filiación dentro de la comedia no entraña la entrega de patente de corso para sobrepasar lo pleonástico y rayar la tautología.
martes, 21 de mayo de 2013
Aballay, el hombre sin miedo: eficaz western gaucho
Es el western un tendencioso género, al potro del arquetipo y la fantasía, mucho menos simple y desintelectualizado (o desideologizado) de lo supuesto en su día por Tom Mix. Estuvo repleto -ya poco después de Edwin S. Porter y durante extenso trecho de su etapa primitiva/clásica-, de falsificaciones históricas y virilísimos relatos de mitificación heroica o cuentos morales con la visión de un vencedor, por regla envuelto en aureolas de glorificación, cuyo postulado ideológico de “mi rifle, mi pony, mis testículos y yo” exacerbó, deglutió o simplemente enmarcó en celuloide un cuadro representativo de los antivalores fundamentales sobre los cuales fue cincelada la mentalidad de cierto prototipo de ciudadano norteamericano. Y, por añadidura, levantada la nación y luego el sistema imperial de los Estados Unidos de América.
miércoles, 3 de abril de 2013
Zemeckis planea a vuelo medio
El vuelo (Flight, 2012), estreno nacional de la semana, supone el
regreso del realizador Robert Zemeckis al cine de acción real -ello es no
animado o de otras técnicas parecidas- tras más de una década dedicado por
entero a sus incursiones en el, ya por sí convertido en subgénero, motion
capture o captura de movimiento: El expreso polar, Beowulf y La estrella polar.
Describe, mediante segmento introductorio de factura técnica fabulosa
muy propia del creador de Contacto, el accidente del avión pilotado por el
comandante Whip (Denzel Washington, en la mejor captación suya de un personaje
en los últimos años, luego de Día de entrenamiento y American Gangster). Este
señor, empero, logra salvar a casi todos los pasajeros, gracias a sorprendente
pericia, la cual los conocedores califican como verdadera hazaña profesional.
Sin embargo, el hombre, alcohólico, comandaba la nave ebrio desde la noche
anterior.
lunes, 11 de marzo de 2013
Argo, una perla de demagogia y manipulación
En la ofensiva ideológica occidental contra Irán, la cual tuvo su avanzadilla en Hollywood mediante el filme 300 y su demonización de “lo persa”, una pieza audiovisual como Argo (Ben Affleck, 2012), ganadora del Globo de Oro, el Bafta y el Oscar del año a la mejor película -presentado por la esposa del presidente Obama- [1], no solo es acto de consecuencia para con el irrompible enlace histórico entre la Casa Blanca y su cine desde los tiempos hoy día cuasi remotos de Griffith-de Mille; sino además perfecto vehículo de manipulación encaminado a pavlovizar a la opinión pública universal a favor de la invasión militar a Teherán, debido a la colosal influencia del cine en el subconsciente colectivo.
domingo, 24 de febrero de 2013
Esther en alguna parte: un filme a la gloria de Reynaldo Miravalles y Enrique Molina
El escaso cine cubano de ficción cuyos personajes centrales son ancianos posee particular encanto, desprendido de la empatía generada entre el espectador y seres quienes -en la última vuelta a la carrera del ocaso- intentan aferrarse a un algo, un qué o un quién. Con ello están dejando por sentada, para sus interlocutores silenciosos de la sala, la parábola misma de la existencia, consistente en asirnos a mecanismos de estímulo en tanto resortes vitales o sistemas de propulsión de las emociones, tan requeridas por nosotros los humanos. Se asía a dicho mecanismo Consuelito Vidal en esa aun no reconocida obra maestra llamada Reina y Rey; Verónica Lynn en el todavía poco difundido cortometraje Martha; o la preterida esposa del magnífico dibujo animado Veinte años, con mucho menos fortuna que las anteriores en su caso. Se asen los personajes compuestos por Reynaldo Miravalles y Enrique Molina en el estreno nacional: Esther en alguna parte.
miércoles, 6 de febrero de 2013
La película de Ana: filme correcto con gran personaje e interpretación
El estreno cubano es exhibido en todo el país ahora
La película de Ana (Daniel Díaz Torres, 2012) bien pudiera haberse titulado La película de muchos, en tanto engloba en su relato la -a su disgusto- inmarcesible dicotomía de tantos conacionales entre querer y no poder; porque ensarta en su flechazo discursivo la disyuntiva de miles de compatriotas entre ser fieles a preceptos morales y estar obligados a burlarlos por circunstancias económicas que los superan. Es muy triste ello: sucumbir al reinado tácito de la concesión. De tal que, aunque a la larga sea una comedia dramática, o dramedia según el término estadounidense, el filme resulte uno de los más desconsoladores de una pantalla nacional reciente donde si algo no abunda es la alharaca entusiasta o el jolgorio (Camionero, Melaza, Penumbras, Marta, Alumbrones, La anunciación, Casa vieja, Fábula, Chamaco, La guarida del topo, Verde verde, Larga distancia…), para dejarlo solo en la ficción, porque en la parcela documental resulta tanto o mucho más lancinante el reflejo.
La película de Ana (Daniel Díaz Torres, 2012) bien pudiera haberse titulado La película de muchos, en tanto engloba en su relato la -a su disgusto- inmarcesible dicotomía de tantos conacionales entre querer y no poder; porque ensarta en su flechazo discursivo la disyuntiva de miles de compatriotas entre ser fieles a preceptos morales y estar obligados a burlarlos por circunstancias económicas que los superan. Es muy triste ello: sucumbir al reinado tácito de la concesión. De tal que, aunque a la larga sea una comedia dramática, o dramedia según el término estadounidense, el filme resulte uno de los más desconsoladores de una pantalla nacional reciente donde si algo no abunda es la alharaca entusiasta o el jolgorio (Camionero, Melaza, Penumbras, Marta, Alumbrones, La anunciación, Casa vieja, Fábula, Chamaco, La guarida del topo, Verde verde, Larga distancia…), para dejarlo solo en la ficción, porque en la parcela documental resulta tanto o mucho más lancinante el reflejo.