Serie
de tres temporadas de HBO, emitida entre 2009 y 2011, Bored to Death es una comedia-bisagra, en el sentido de entender
los derroteros asumidos por el género hoy día, sobre todo en los terrenos del
cable y del streaming, donde acontece
su ejercicio más interesante. Bajo la influencia a tres bandas del indie, las pulsaciones de un Wes
Anderson in the mood for ligerity y
la hilaridad reflexiva antiheroica alla
Allen, la obra empero introdujo buenas nuevas en su universo, a la manera del
acercamiento a la moral del outsider
o personajes tan conflictivos como patéticos, la originalidad argumental, el
tono bizarro, los giros sorpresivos, las disrupciones narrativas y esa modélica
ambigüedad hoy comunes en cierto tipo de exponentes de la propia cadena u otras
como FX, Netflix o Amazon, pero a la sazón elementos casi todos echados en
falta dentro del icónico corte de comedia televisiva de ventitantos minutos.
Jonathan
Ames, el escritor real, escribe esta serie sobre sí mismo o una variante
parecida de sí mismo: Jonathan Ames, un escritor neoyorkino en bloqueo creativo
transmutado en investigador privado sin licencia a partir de la lectura de
obras policíacas. Lo encarna el actor Jason
Schwartzman.
Su mejor amigo es nada menos que Zach Galifianakis (quien llevó al culmen de su
expresión el patetismo desbordado por los vectores humanos centrales de
comedias de esta guisa en su Baskets).
Zach da vida a un artista del comic aquí, tan inseguro e inmaduro -mega tema
del género en la era Apatow- como su amigo. También apoya a Ames un ricachón
dandy y juguetón, suerte de jefe y mentor suyos, asumido con verdaderas ganas
por Ted Danson. La convergencia en pantalla de estos tres personajes le
funciona muy bien al material, con destaque para el último.
Bored to Death se empina, además,
por su frescura y desenfado, a más del tono de irreverencia que ya a la altura
de 2016 y la avalancha reciente de producciones de este corte comienza a
abrumar fundamentalmente en su juego de espejos alterados con las señales de lo
“políticamente correcto”, pero entonces no tanto. Más pura en tal sentido, la
serie de HBO, logra imantar a su universo por la manera tan espontánea,
directa, como describe la naturaleza de la dinámica existencial de su antihéroe
protagónico y sus dos compinches.
Pese a
ser una comedia muy divertida e inteligente, necesaria de ver a efectos de
sopesar cuanto advendría, varios críticos y muchos espectadores despotricaron
de Bored to Death. Es de imaginar por
consecuencia que sufran a mares con Man
Seeking Woman, Master of None, The Last Man on Earth o hasta la misma Girls u
otras. Ojalá recapaciten, rebobinen y le concedan otra oportunidad, porque de
lo contrario seguirán más perdidos en el espacio que George Clooney en Gravity.
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