Sea
o no un arma bacteriológica de los EE.UU con el objetivo de frenar el avance de
China, el coronavirus ha afectado gravemente a la economía mundial; sobre todo
a la del principal rival de Washington, sí, pero sus efectos generales alcanzan
una escala planetaria, incluida la propia nación norteña.
Las
imágenes más tristes de las más duras distopías se comprueban ahora, no en
páginas de libros sino en escenarios reales caracterizados por la desolación. Cuanto
sucedió o sucede en naciones como China, Irán, Italia y España supera cualquier
narrativa de la ciencia-ficción y el fantástico.
Un
mundo en vilo ve cómo son cerradas fronteras, confinados millones de ciudadanos,
separadas regiones e ingresadas decenas de miles de personas.
Este
ataque a la humanidad no entiende de geografías, clases económicas, climas. Ni de
campos, sectores, universos industriales e industria del entretenimiento. Esta
última experimenta una retracción fortísima a rango global, salvo en gigantes
del streaming como la plataforma
estadounidense Netflix o en la industria pornográfica, ese emporio que
anualmente mueve en EE.UU más dinero que la NBA. Incluso, el mismo coronavirus
ha sido insensible motivo temático de varias «películas para adultos».
Ahora,
más allá de tales excepciones u otras muy señaladas, el giro sufre el
despeñamiento mayor de su historia. El desplome de ventas por entradas
significó un descenso del 45 por ciento este fin de semana en EE.UU y Canadá.
En las principales ciudades de ambas naciones las salas fílmicas fueron clausuradas
durante la noche del domingo 15. El inicio de los cierres lo marcó China, el
pasado 2 de febrero, cuando la Alianza del Comité de Producción de Radio, Cine
y Televisión y la Federación de Asociación de Radio y Televisión orientaron el
cese de labores a compañías de cine, equipos de producción, actores y actrices.
Tanto
allí como en EE.UU, India (el país del mundo que más películas produce al año),
Francia, España e Italia paralizaron la actividad cinematográfica. Anuncia el
periódico californiano Los Ángeles Times que «la franquicia Fast & Furious ha decidido aplazar
un año completo el estreno de su novena película. Tampoco se estrenará el nuevo
filme de James Bond, No Time To Die,
una decisión que se tomó hace varias semanas al aplazar el lanzamiento desde
abril hasta octubre. Por su parte, al gigante Disney la agenda del coronavirus
no le podría haber venido peor: Su gran apuesta para la primavera era la nueva
versión de Mulan, una cinta que, por
motivos obvios, tiene en el mercado asiático su principal foco.
«Después
de aplazar el estreno global de Mulan
y de cerrar sus parques temáticos, Disney ha tomado otra decisión drástica para
frenar la crisis por el coronavirus: suspender la producción de todas sus
películas, con la animación como excepción. De esta manera, la nueva versión con actores reales de
The Little Mermaid retrasará su
rodaje, que iba a comenzar en breve en Londres, lo mismo que el thriller de Guillermo del
Toro Nightmare Alley, el drama de
Ridley Scott The Last Duel y la
siguiente entrega de Home Alone. La nueva Peter Pan y Wendy, así como Shrunk, una secuela del clásico de los
años 1980 Honey, I Shrunk the Kids,
también se retrasan, aunque ambas estaban en una fase temprana de
preproducción.
«La decisión
de Disney afecta a un gran número de estudios de los que la compañía es
propietaria, como Fox o Searchlight. Marvel,
también bajo su control, suspendió el rodaje de Shang-Chi and The Legend of
the Ten Rings, después de que su director, Destin Daniel Cretton, se haya
aislado por decisión propia. La factoría de Mickey Mouse también ha suspendido unos
16 pilotos de televisión por las mismas razones. Asimismo,
han interrumpido rodajes de otros estudios diferentes como Mission: Impossible en Italia, Competencia
oficial -con Penélope Cruz y Antonio
Banderas- en España,
y del concurso The Amazing Race” por
todo el mundo. Y los preparativos para filmar la cinta biográfica sobre Elvis
Presley quedan pausados después de que uno de sus protagonistas, Tom Hanks, diera positivo
por el coronavirus en Australia», afirma el medio angelino.
El rodaje de
The Nightingale, en Budapest, de Sony y protagonizado por las hermanas
Elle y Dakota Fanning dirigidas por la francesa Melánie Laurent, también paró. Los
festivales de cine de Málaga (España) y Guadalajara (México) resultaron
cancelados. Y así, indetenible el rosario de noticias que llega cada mañana.
Se
ha publicado que las pérdidas pueden frisar los cinco mil millones de dólares,
cima que considero en extremo baja dadas las circunstancias.
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