He
visto de un tirón los doce episodios de las dos primeras -y únicas hasta el
momento- temporadas de la serie española Mira
lo que has hecho. Refocilantes
ambas; no importa los ligeros desvío tonal y rebaja del octanaje humorístico de
la segunda.
Coherencia
interna, claridad de objetivos, organicidad en la narración, composiciones de
esmero y empatía con el espectador - conseguida merced a oficio y no a trucos
sensibleros- signan la obra.
La
serie juega a placer con el elemento autobiográfico por conducto del personaje
real de Berto Romero, substancia cardinal de la teleficción humorística contemporánea
concebida y protagonizada por comediantes, desde Louis C.K. en la cuna de este
negocio, los Estados Unidos, hasta Ignatius Farray, en la propia Península, con
multitud de (buenos y regulares) exponentes.
El
comediante Romero -más actor que comediante al uso en la serie, algo que él
mismo refuerza verbalmente algunas ocasiones, por si alguien no lo pillase- y
su pareja fictiva, Eva Ugarte, concretan uno de los enlaces interpretativos de
mayor química que tenga data la televisión española.
Sus
personajes, un poco de tantos, exudan verdad. Y, por ende, son creíbles. Ellos atraviesan
situaciones en la cuales muchos nos hemos visto reflejados, a través del
romance, el noviazgo y la llegada de nuestros hijos: ya en pleno terreno
selvático matrimonial. Son enfocadas desde el plano de lo natural; no desde el
artificio de la representación, aun cuando por lógica estemos frente a una
puesta en pantalla. Tal propensión al observarlas y plantearlas las
solidifican.
Además
de reconocibles, lo cual les otorga un plus de entrañables, dichas situaciones están
escritas mediante una visión límpida, cargada de humanidad y pletórica de una
energía lúdica que impregna bastantes momentos de ese drama de la vida que, al
final, es pura comedia. Ya sabemos, lo dice el libro de los libros, Vanidad de
vanidades.
La
serie magnifica la familia; no de forma mendaz, como nos tiene acostumbrados el
cine norteamericano, sino justipreciando, verbigracia, el relieve de una buena
pareja en la vida; más allá de los normales contratiempos de la travesía. Berto
casi resbala con Belén Cuesta en la muy metafictiva segunda temporada, pero se
contiene. Porque Sandra está en casa; y si ella fue su decisión de vida, no vale
la pena arruinarlo. Sandra, por su parte, sale bastante desilusionada del
encuentro con esas mujeres vacías y sin amor, quienes solo piensan en
coleccionar amantes, como otro artículo más de consumo.
Los
guiones conformados por el propio Berto Romero, Rafael Barceló y Enric Pardo barnizan
de una deliciosa ironía el desarrollo dramático, gracias a lo cual ponen en
solfa costumbres, instituciones, actitudes y esa anomalía o falsedad de nuestro
tiempo: lo “políticamente correcto”. Por consecuencia, Mira lo que has hecho deviene, también, un reflejo crítico de la
sociedad española y occidental del momento.
Por
último, Romero logra una hazaña en Movistar +: esta es la primera serie que veo
de la cadena (más pro fálica que HBO en sus mejores momentos) donde no nos
exhiben un pene gratuito a la hora de la cena. En el episodio cuarto de la
segunda estaban creadas las condiciones, pero se abstienen. Me adelanto al que ahora
vaya a objetar: ocurre igual con la parte femenina. Sin embargo, estos
personajes sí están al desnudo frente a nosotros: su alma, sus dudas, recelos,
miedos, inseguridades. Sus afirmaciones, certitudes, motivos de lucha, amores,
fe.
Gracias por sus palabras. Muy alentadoras. En Cuba vemos todo lo que sale en la semana en España. Un abrazo.
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