La redacción: una serie sobre el periodismo que ya no se hace en EE.UU.

La redacción (HBO), la serie de Aaron Sorkin sobre el reporterismo televisivo que exhibe el canal cubano Multivisión, constituye una de las miradas más agudas dirigidas al universo periodístico por el audiovisual estadounidense.

El guionista de La red social, mérito primero, sabe lo que cuenta y, por consiguiente, el conocedor del oficio por dentro no tiene la molesta sensación de que le estén hablando de cakes en una hamburguesera. Así es la redacción, así es la prensa en el interior de la ballena. Con sus particularidades en cada caso, aunque siempre adscrita a intereses de clase, económicos o ideológicos; ya sea en Estados Unidos como en las Islas Kuriles.

Sorkin vuelve a confirmar que la libertad de prensa es una entelequia; sobre todo en su país, y bien que lo subraya, entre líneas o de forma muy abierta a lo largo de estos episodios.

El creador de El ala oeste de la Casa Blanca se anda sin ambages en una obra honesta, por encima de todo, que pone el dedo en la llaga sobre la increíble cantidad de mentiras contadas cada jornada en las televisoras norteamericanas, y panea sobre algunos hitos mundiales recientes de forma bastante verista desde el punto de vista histórico, salvo estar matizados los acercamientos -por supuesto- de la visión ideológica de los norteamericanos, por más “izquierdista”, “liberal” o demócrata que pueda ser su creador.

"¿Qué hace de Estados Unidos el mejor país del mundo?", inquiere un espectador al arrancar la serie. "Estados Unidos lidera el mundo en tan solo tres cosas: el número de ciudadanos en la cárcel, el número de adultos que creen que los ángeles existen y en el gasto militar", responde de contracandela el interpelado, el periodista Will McAvoy (Jeff Daniels), personaje central de La redacción. Ya esto, al mismo punto de inicio, da la medida de cuanto está dispuesto a expresar Sorkin aquí.

En entrevista concedida en 2012, a tono con el inicio de la primera temporada, Sorkin expresó: “En EE UU el problema está en cadenas como Fox; y siempre que digo esto me acusan de rojo. Lo que no entienden es que mi problema con Fox no es su ideología republicana. Mi problema es que mienten y con sus mentiras no hacen otra cosa que engañar al espectador. Son varias las encuestas que demuestran que en EE UU el público peor informado es el que sigue Fox News. Están peor informados que los que no escuchan las noticias. Eso les hace muy peligrosos. Le recuerdo que el día que EE UU invadió Irak el 67% de los estadounidenses creían que el 11-S era culpa de Irak. Es muy peligroso. Somos una gran potencia armada y muy desinformada. Es algo que supera la lucha de partidos. Es culpa de los periodistas que no insisten en lo que deben, que no preguntan lo necesario en lugar de preocuparse por los índices de audiencia, y también de los espectadores, que nunca deben ser el elemento pasivo de la ecuación”.

En realidad, el problema del periodismo norteamericano supera por mucho a Fox y las culpas no son de los periodistas sino de sus dueños (gran yerro hermenéutico del viejo Aaron), pero al menos Sorkin tiene una idea y si por algo clama La redacción es por lo mismo que abogaba Spotligth: por permitir que predomine en el ámbito del diarismo el pensamiento, el criterio, la veracidad…, en fin la profesionalidad y no el actual lujurioso e incontenible desenfreno noticioso por estar a la par de las redes sociales sin comprobar la objetividad de la información, el show, del chisme y la misma matraquilla puesta a circular en los medios por los emisarios de las corporaciones que dirigen el sistema político yanqui, que imposibilitan facturar el periodismo por el cual aquí se aboga y ya no se hace en los Estados Unidos.

Huelga decir que la gran prensa americana le propinó sus buenos varapalos a La redacción. El sistema no se encuentra preparado todavía (falta mucho en el epicentro norteño aún en diversos planos en pos de sentar las condiciones necesarias), para metabolizar estos diagramas de sí mismos.